El pasado sábado, en el House Museum Palazzo Maffei de Verona (Italia), se vivió un episodio que todo museo teme: dos turistas decidieron tomarse una foto sentados sobre una obra exhibida, la llamada “silla Van Gogh” del artista Nicola Bolla, cubierta con cientos de cristales de Swarovski. El resultado fue catastrófico: la pieza colapsó bajo el peso de uno de ellos y, tras el incidente, ambos huyeron rápidamente del lugar .
La escena quedó grabada por las cámaras de seguridad. En el video, se ve primero a la mujer posar ligera y respetuosamente sobre la silla, sin siquiera apoyar el peso; después, el hombre asume la misma postura preliminar, pero termina sentándose por completo. Al instante, las frágiles patas se doblaron y la obra se desplomó mientras él se soltaba hacia la pared para no caer. Al ver el desastre, la pareja lo dejó allí y abandonó la sala precipitadamente.
El museo, visiblemente impactado, lo describió como “la peor pesadilla de cualquier institución cultural”, subrayando que el hecho se produjo a propósito, pues esperaron a que el personal de seguridad saliera, lo que indica “una conducta superficial y de irrespeto hacia el patrimonio”. Aunque inicialmente hubo dudas sobre si la silla podía recuperarse, el equipo de conservadores, junto con la colaboración de la policía, logró restaurarla con éxito.
Pero este no es un caso aislado. La viralización del video reavivó un debate global sobre el comportamiento de algunos visitantes: su afán por la foto perfecta supera, en ocasiones, cualquier consideración por la preservación cultural.
Casos similares recientes
- Caída al foso de los Guerreros de Terracota (China)
Hace apenas dos semanas, una turista china cayó dentro de una fosa que alberga estatuas de terracota del Mausoleo del Emperador Qin, en Xi’an. Afortunadamente, las piezas se mantuvieron intactas, aunque ella sufrió heridas. El incidente reveló una falta de barreras físicas que protegieran tanto al público como a la valiosa coleccióm - Rotura de bustos romanos en el Vaticano (2024)
En una manifestación de frustración, un turista estadounidense arrojó al suelo dos bustos antiguos en los Museos Vaticanos luego de que le negaran la posibilidad de una audiencia con el Papa Francisco. El hombre fue detenido, y las obras resultaron dañadas - Vandalismo en esculturas contemporáneas (Miami, 2014)
El artista local Máximo Caminero rompió deliberadamente una valiosa pieza de Ai Weiwei en protesta por la falta de exhibición de artistas locales en un museo de Miami. El acto, aunque consciente, también puso en riesgo una obra estimada en un millón de dólares - Accidente en museo por caídas del público (Met, NY, 2010)
Una visitante tropezó y cayó sobre un cuadro de Picasso en el Metropolitan Museum, causando un desgarro de unos 15 cm. La obra, valorada en aproximadamente 130 millones de dólares, fue restaurada y ahora se encuentra protegida por plexiglás - Destrucción del Portland Vase (British Museum, 1845)
Un hombre bajo los efectos del alcohol rompió un valioso vaso romano del siglo I a.C. en el British Museum. El objeto fue posteriormente restaurado, aunque nunca recuperó completamente su estado original
