¿Quién no soñó alguna vez con tomar fotografías desde el aire? Una de las ventajas de ser piloto es que cuentas con un asiento en primera fila para observar las maravillas naturales de la Tierra: desde amaneceres deslumbrantes, luces surrealistas hasta los más fascinantes rayos.
Por suerte, el aviador ecuatoriano Santiago Borja, conocido en las redes como «The Storm Pilot» (o el «Piloto de las tormentas»), tiene su cámara siempre a mano para compartir con el resto del mundo la belleza con la que convive a diario desde su cabina.
Santiago Borja, quien se convirtió en piloto porque quería ver el mundo desde una perspectiva única, fue premiado por National Geographic en la categoría de paisaje como el fotógrafo del año en 2016 e incluso la NASA se ha interesado en el significado científico de sus imágenes.
Ahora, sus impresionantes fotografías de tormentas están recopiladas en un libro, «#TheStormPilot», publicado en 2018, en donde se recoge la historia e inspiración que llevó Borja a adentrarse en un concepto de fotografía tan específico y poco explotado.
En una charla con Intriper, Santiago nos cuenta cómo logró combinar dos de sus grandes pasiones: la aviación y la fotografía, cumpliendo así su sueño de surcar los cielos capturando las tormentas que se encuentra por el camino.
¿Cómo surgió esta pasión por fotografiar tormentas?
Una vez que comencé a volar en aerolínea y empecé a viajar a varias ciudades, decidí empezar a hacer fotografía. Al poco tiempo, me dí cuenta de que cosas muchísimo más interesantes y, sobretodo, mucho menos exploradas se avistaban durante el vuelo: paisajes y fenómenos únicos. Y entonces empecé a especializarme en capturar tormentas nocturnas lo cual tuvo gran acogida rápidamente.
¿Recuerdas tu primera fotografía desde el aire?
Realmente en «el aire” no, pero recuerdo una de las primeras dentro del avión (que, a propósito terminó siendo una foto malísima), hace no más de unos 6 o 7 años con una cámara que fue de mi padre cuando era joven (ya calcularás cuántos años tenía la cámara).
La recuerdo porque fue el desempolvar la cámara, ajustarla, comprar un rollo (algo no tan común hoy en día), calcular el enfoque, exposición y finalmente hacer las fotos sin saber el resultado hasta varios días después al revelar el rollo en el laboratorio.
La mayoría de fotos no salieron, pero ésta foto de varios aviones en fila para despegar del aeropuerto de Lima, con nosotros a la cola, es la que recuerdo como un resultado exitoso de todo este proceso. Poco después compré mi cámara DSLR.
Con respecto a la dinámica: ¿cómo es el momento previo a tomar las fotos?
Dentro del avión el espacio es muy estrecho y realmente no se puede llevar ningún trípode. La cámara ya figura como algo muy grande y pesado, de forma que solamente queda jugar con los ajustes, intentado siempre que la calidad no sea muy baja por subir demasiado el ISO, pero a la vez que no salga borrosa la foto. A veces, es posible apoyar las manos en los gruesos marcos de la ventana, pero nada más.
La duración de la exposición, el tiempo establecido, varía mucho dependiendo de qué tan lejos esté la tormenta, dependiendo de cuánta luz hay disponible, si hay luna llena es diferente en comparación con cuando hay sin luna, por lo que requiere mucha prueba y error.
Me imagino que debes estar muy alerta, con la cámara lista para captar ese segundo exacto en el que aparece el rayo o relámpago. ¿Qué rol cumple la suerte o el azar en ese momento?
Pues suerte y azar son números importantes en la ecuación. La cámara la llevo siempre, pero debe coincidir no sólo con el momento del rayo, estar en una posición adecuada, sino que además estar yo en posición de poder hacer la foto.
Es decir, que no esté yo a los controles del avión, lo cual ocurre a menudo porque hacemos muchos vuelos con tripulación reforzada, vuelos de traslado “deadhead”, etc. y que el avión no esté en ninguna fase importante del vuelo ni que haya mucha actividad en la cabina, ya que la seguridad es siempre lo primero y no estaría bien importunar a los colegas volando el avión por tomar una foto.
¡No sabes la cantidad de veces que hemos visto tormentas espectaculares pero no he podido sacar la cámara!
¿Recuerdas qué fenómeno que has fotografiado te generó mayor asombro?
He visto muchos fenómenos super asombrosos que no he podido fotografiar, pero una de las más espectaculares para mí ha sido la tormenta que además ha sido la que más le ha gustado a la gente y la que ganó el 3er puesto en el National Geographic Nature Photographer of the Year, Landscape 2016.
Es la que llamo “Pacific Storm” porque fue sobre el Océano Pacífico al sur de Panamá. Una supercélula de una potencia impresionante fuera de lo común para la zona, pero a la vez un momento muy pacífico. Ninguna turbulencia ni otras tormentas en las cercanías, sumado a que desde dentro del avión no se escuchan los truenos (sería como ver la tormenta en MUTE) fue un momento muy bonito y especial.