Lo que comenzó como unas simples vacaciones terminó convirtiéndose en una historia de amor que sorprendió al mundo entero. Natalie Badura, una joven británica de 34 años, viajó a Bodrum, Turquía, buscando descanso y aventura. Pero el destino tenía otros planes: conoció a Muhammet Çelik, un guardia de seguridad turco de 26 años, y en solo un mes pasaron de ser completos desconocidos a marido y mujer.
El primer encuentro fue en un bar de la ciudad costera. No hablaban el mismo idioma —ella inglés, él turco—, pero el flechazo fue inmediato. “Literalmente nos pasábamos el celular con el traductor abierto para poder entendernos”, contó Natalie entre risas. Desde esa noche, siguieron en contacto por Instagram, donde se enviaban mensajes traducidos con Google Translate.
A medida que pasaban los días, el vínculo se fortalecía. Pero el tiempo jugaba en su contra: la visa de Natalie estaba por vencer y debía regresar al Reino Unido. “Él me miró y me dijo: ‘Me quiero casar con vos. Quiero que te quedes conmigo’. Yo pensé: ‘¿Qué? ¡Si nos conocemos hace un mes!’”, recordó la joven. Sin embargo, decidió seguir su corazón.
La boda fue sencilla, costó apenas 75 libras esterlinas y se realizó en una oficina civil local. “Fue un salto de fe”, explicó Natalie. “No lo planeamos, simplemente sentimos que era lo correcto”.
La noticia tomó por sorpresa incluso a la familia de Muhammet, que se enteró del casamiento por los diarios locales. “Mi familia no es de la nueva generación, no entienden este tipo de decisiones”, comentó él.
Hoy la pareja vive junta en Bodrum y sigue comunicándose a través del traductor del teléfono. Lejos de esconderlo, comparten su día a día en TikTok, donde sus videos acumulando miles de visualizaciones muestran que el amor no entiende de idiomas. “A veces la vida te sorprende de la mejor manera cuando menos lo esperás”, dice Natalie en uno de sus clips más virales.
Y cuando le preguntan si no fue demasiado rápido, su respuesta es simple y contundente:
“No sigo el reloj de nadie. Es mi vida y mi felicidad.”
