En muchas playas de arena, en distintos países del Caribe, tortugas marinas de diferentes especies salen a desovar. Una generalidad que tiene matices dependiendo la especie. Las hembras adultas salen cada 2, 3 o 4 años a la playa hacen pozos con sus patas traseras de más de 60 cm de profundidad, depositan sus huevos para luego taparlos. La Riviera Maya es elegida, desde abril hasta septiembre por las tortugas blancas, carey y caguama, en esta etapa de la reproducción. Las playas entre Akumal y Tulum son las elegidas por las caguamas para anidar, un lugar increible si te interesa vivir la experiencia.
Las tortugas marinas, son reptiles, que no salen de su medio acuático, salvo las hembras para el desove y una hora después, de todo el proceso, vuelven arrastrándose despacito al inmenso mar. Pueden salir a inspeccionar el terreno donde van a hacer el nido y si no ven inconvenientes, vuelven en el momento preciso para la ceremonia del desove, generalmente de noche, para evitar predadores y camuflarse en la obscuridad.
El resto del tiempo viven en el agua, se asoman a la superficie a cada rato a respirar aire. Una especie que viene evolucionando hace 245 millones de años y habitan los mares cálidos y templados del mundo. En el estado de Quintana Roo en la Península de Yucatán 20.000 tortugas, hacen nidos y desovan un promedio de 100 huevos por nido.
En la bahía de Akumal ( que en Maya significa «lugar de tortugas») se puede hacer snorkel durante todo el año, es el hábitat natural de las tortugas blancas que nadan tranquilas y bajan sobre manchones de un pasto marino conocido como hierba de tortuga o Thalassia.
Como te comenté en el artículo que escribí sobre los Cenotes de la Península de Yucatán. Durante un año estuvimos con Cecilia, colaborando con una fundación ecológica en la Riviera Maya y tuvimos la inmensa fortuna de poder nadar con ellas durante todo ese tiempo. Vivíamos a 5 km de Akumal e íbamos todos los días posibles, en bicicleta a nadar a esa pradera submarina, para poder fotografiarlas, un trabajo hermoso.
La maniobra muy sencilla, era solo entrar al agua, y nadar con aletas, máscara con snorkel, la Nikon dentro de la caja estanca y apenas 20 o 30 metros más tarde, llegabamos a una profundidad de 2 metros, ahí estaban. Las veíamos y con la famosa técnica de golpe de riñón, descendíamos a visitarlas. Un mundo aparte dentro del mundo. Las fotos submarinas que ves en este artículo, las saqué ahí mismo y las de superficie, algunas nocturnas, en playas vecinas.
Al igual que las otras 14 fundaciones trabajan en estado de Quintana Roo, la función de la fundación que colaboramos, es patrullar las playas todas las noches desde abril hasta septiembre, con el fin de proteger las nidadas. Una vez que se detecta una tortuga saliendo del agua, a través de handys y señales de linternas, llaman a otros compañeros para realizar la medición y el marcado con un broche metálico numerado que le colocan a la hembra. Cuando la tortuga se arrastra hasta el lugar que piensa hacer la nidada hasta que empieza el desove, está muy alerta y cualquier ruido o interrupción la hace sospechar y puede volver al mar. Pero una vez que hizo el pozo y empieza a poner los huevos, queda totalmente anulada, se concentra en el proceso y no siente nada, queda en estado latente, no se mueve, durante una hora solo se dedica a poner un huevo por vez. Ese es el momento en que los biólogos y especialistas empiezan con la marcación y medición.
De esta forma se lleva un registro de la fecha en que ese nido fue creado. Se establecen 3 tipos de nidos, el in-situ que es el que se deja en el lugar con un cartel y cerco. El reubicado, que es aquel nido que por estar en riesgo, por ejemplo porque la tortuga a la noche lo puso en un lugar vacío. Pero durante el día, en la playa, colocan miles de reposeras alrededor, para los turistas del hotel. En ese caso los integrantes de la fundación, una vez que la tortuga vuelve al mar, destapan el nido, sacan los huevos y con cuidado los ponen en una bolsa para reubicarlos en un lugar más seguro, pero en el área cercana, en solitario.
El corral es el área protegida, donde colocan la mayoría de los nidos reubicados. Los juntan en un sector encerrado de la playa que varía en tamaño, el que conocí tenía unos 50 metros por 10 metros, para que nadie los pise. La única contra que tiene este último caso es que por motivo de la proximidad de los nidos, varios miles de huevos incubando en un espacio pequeño, provoca que la temperatura de la arena sea alta y en los reptiles como la tortuga marina, el sexo está determinado por la temperatura de la arena.
Sabia la naturaleza, determina por este sistema de regulación natural la proliferación o retracción de una especie. Si los nidos están muy dispersos la temperatura de la arena es baja, por lo tanto, no hay mucha población de la especie y nacen muchas hembras, para poder tener chances de tener matrices donde nazcan nuevos individuos. Ahora… si la temperatura es alta y… en el corral es muy alta, la deducción de la naturaleza es que hay sobrepoblación de individuos, en ese caso nacen machos. Por lo tanto, es muy lindo verlos nacer, y la concientización educativa, pero a largo plazo, creo yo, que es insostenible. En una especie que ya está en peligro de extinción donde apenas el 1 ó 2 % llega a su etapa adulta. Las medidas tendrían que ser más concienzudas.
Dos meses más tarde, dichos huevos eclosionarán y las crías recién nacidas serán liberadas al mar, desde junio hasta noviembre. Por ejemplo, en la foto de acá abajo la tortuga que hizo este nido invisible, si no fuera por los carteles y la cerca de protección, pertenece al ejemplar AV-015. En el registro escrito en el libro de trabajo, se anotan las mediciones hechas del animal, ancho, largo y fecha de armado del nido, con esos datos, a medida que se acerca la fecha, van revisandolo para ver cuando están por eclosionar.
También la fundación desarrolla una serie de actividades que involucran a la comunidad y al turismo. Los recorridos educativos se llevan a cabo con el objetivo de concienciar a la gente acerca de la importancia de la protección de esta especie. Primero les presentan a los interesados, un material audiovisual a la vez que les cuentan con guías especializados sobre la vida de la especie y del trabajo en el campamento. Método que asegura las precauciones necesarias para la cuidadosa observación del evento.
El trabajo de nacer no es fácil el primer desafió es lograr la eclosión del huevo, la tortuguita al nacer, utiliza un diminuto diente que lo pierde poco tiempo después, llamado carúncula para, desde adentro, romper el huevo. Una vez que los huevos eclosionan, las tortugas recién nacidas con movimientos rápidos de sus patas buscan el agua y se internan en el mar.
A partir de ahí sus vidas son un verdadero viaje. Recorren regularmente largas distancias entre los sitios donde se alimentan y las playas donde anidan. Al nacer, no se quedan en la costa, nadan hacia el abrigo relativo que les ofrece la corriente del golfo, una vez transcurridos 50 ó 100 km, encuentran refugio en los sargazos flotantes u otras algas y se alimentan de pequeños invertebrados marinos. Los científicos han registrado a las tortugas marinas de esta zona con travesías de hasta 13.000 kilómetros, en el sistema circular de corrientes que existe entre América del Norte y África. Suponen que utilizan los campos magnéticos y los ángulos de inclinación de la tierra para geoposicionarse y orientarse. Años después, ya adultas, las hembras vuelven a la misma región donde nacieron para depositar sus huevos y se estima que viven entre 60 y 70 años.