El escenario es realmente impresionante: piedras de más de 30 toneladas se acumulan en forma circular a lo largo de un terreno elevado en el medio Gran Bretaña. Las dudas y las libres interpretaciones se suman a años de especulaciones sobre lo que realmente significa este lugar, hasta al día de hoy no tenemos certeza que nos diga cuál fue el verdadero fin. Eso no le quita su carácter espectacular, de hecho hasta le da agrega un misticismo único.
Durante nuestro paseo por Londres decidimos ir a conocer este lugar ubicado en Amesbury, a 15 kilómetros de Salisbury. Un trayecto de 40 libras nos sumergía en un cielo cada vez más oscuro a medida que nos separábamos de la línea urbana de la gran ciudad inglesa.
Cuando llegamos a la estación, el cielo no hizo esperar sus intenciones de comenzar a chispear agua. Lo bueno es que llegamos justo 5 minutos antes de que arribe el bus Stonehenge Tour. Los precios van desde 15 libras (sin entrada incluida) hasta 36 libras ( on entrada y fast pass incluido). El tour te lleva cruzando el pueblo a través de los edificios históricos de la ciudad. Lo bueno es que funciona con Hop on-hop off y podés recorrer la ciudad si el reloj y el clima te acompañan.
Los kilómetros pasan y la ansiedad crece, el famoso e histórico fondo de pantalla para los que pisamos los 30, o los superamos, está a punto de volverse realidad. Para acceder pueden pasar dos cosas: que tengas el ticket del bus y te hagan esperar a que te traigan la audio guía o que tengas entradas por otro lado y tengas que ir a gestionarte por tu parte.
A la derecha de la boletería se encuentra el centro interpretativo que nos ayudará a comprender mejor las teorías y análisis, pero seamos honesto: no aguantábamos más la ansiedad. Subimos al primer micro de traslado ansiosos de avistar las piedras, aunque podés hacer el recorrido de 2 kilómetros a pie. Apenas descendimos del bus, nos topamos con los primeros montículos de tierra donde descansan restos humanos.
A pocos metros más adelante, contrastando con esa alfombra verde que cubre la colina, se erige el gran monumento de más de 5000 mil años de historia. La edificación está formada por bloques de rocas de un diámetro de aproximadamente 30 metros, son de forma rectangular y de arenisca.
En el centro hay un círculo de bloques más pequeños de arenisca azulada, la cual se cree que tiene poderes curativos. Por fuera del monumento, hay círculos de piedra principal hay un gran foso circular, donde alrededor se ubican 56 Pozos llamados los “agujeros de Aubrey”. Por último el circulo y el foso están cortados por un camino llamado “La Avenida”.
Nos encantaría saltar la valla y meternos entre las piedras, las ganas de tocarlas y verlas de cerca son tan grandes como juntar fuerzas abajo del frío y la lluvia incesante para verlas un segundo más aunque ya no estemos sintiendo los dedos de la mano y los pies los haya dado por perdidos.
La audioguía es muy completa, y te va llevando alrededor de todo el circulo contándote no sólo las características sino diversas teorías y descubrimientos realizado a lo largo del años. Incluye extras donde podes ampliar información relacionada para entender mejor el contexto y los pensamientos de la investigación histórica.
Aproximadamente esta vuelta nos llevó 1 hora, pero si el clima nos acompañaba podríamos habernos extendido por lo menos media hora más. Casi congelados regresamos hacia el centro interpretativo, allí vas a encontrar una gran reconstrucción en video de cómo fue la evolución del monumento a través de los siglos y cómo se vio afectado con el paso del tiempo.
Stonehenge acumula cientos de suspiros de los miles de visitantes que la recorren día a día, su contraste gris con el verde del césped perfectamente cortado dan un marco único a este lugar cargado de significado e historias. Su manto de misterio atrae como un imán y su majestuosidad es innegable. Anímate a perderte en su relato, no te vas a arrepentir.
