Con una altura de 427 metros y 67 plantas, este rascacielos se alza como el cuarto más alto de Nueva York y el más alto del Midtown Manhattan. Sin embargo, lo que lo hace verdaderamente impresionante es su mirador, que promete ser el más vertiginoso de la isla.
Con 3,291 escalones para llegar a la cima, el Summit One Vanderbilt desafía a los amantes de las alturas. Aquellos valientes que opten por el ascensor transparente, llamado Ascent, serán elevados hasta los 368 metros sobre el suelo, ofreciendo una vista panorámica incomparable de la Gran Manzana. Además, las cajas de vidrio transparente, conocidas como Levitation, se proyectan desde el edificio a 324 metros de altura, ofreciendo una experiencia única de ingravidez sobre Madison Avenue.
El Summit, situado en las plantas 57, 58 y 59, abarca 6,000 metros cuadrados y cuenta con una terraza al aire libre donde los visitantes podrán disfrutar de una oferta gastronómica única. Après, un concepto gastronómico innovador liderado por el restaurador Danny Meyer y Union Square Events, ofrecerá café, bar y quioscos de comida para deleitar a los paladares más exigentes.
Pero la experiencia no se limita a las vistas y la gastronomía. Summit ofrecerá una experiencia artística inmersiva diseñada por Kenzo Digital, así como el jardín al aire libre más alto del mundo, inspirado en la flora alpina. Los arquitectos de Snøhetta han diseñado el interior para elevar a los visitantes hacia el cielo, ofreciendo un viaje sensorial a través de la luz, el sonido y el arte con vistas a toda la ciudad de Nueva York.
El Summit One Vanderbilt es más que una atracción turística; es un símbolo de la recuperación de la ciudad tras la pandemia. Con su inauguración en otoño, Manhattan celebra no solo su impresionante skyline, sino también su compromiso con la sostenibilidad. Con un enfoque en la reducción de la huella de carbono y el consumo de energía y agua, Summit se posiciona como un líder en la construcción de edificios seguros, higiénicos y saludables en Nueva York.