Cada 3 de julio, el mundo celebra el Día Internacional Libre de Bolsas de Plástico, una iniciativa que convoca a sumarse a un cambio de hábitos y no consumir bolsas de plástico.
Se trata de una fecha promovida por organizaciones ecológicas y ambientalistas para concientizar a la población acerca del gran problema de la contaminación del plástico.
Una fecha como la de hoy nos invita a reflexionar acerca de alternativas a las bolsas de plástico, y en esta nota descubrirás algunas de las propuestas que han diseñado diferentes países para hacer uso de recursos naturales en la composición de nuevas formas de almacenamiento.
Países que buscan cuidar el medio ambiente
La regulación en el consumo, o mejor dicho prohibición de consumo, de bolsas de plástico y artículos de plástico de un solo uso ha alcanzado ya a varios países del mundo, quienes intentan a través de normas incentivar a la población en la reducción de residuos que luego acaben contaminando al planeta.
En el caso de las bolsas de plástico, se trata de objetos que tardan más de 500 años en descomponerse. Según estimaciones, han indicado que cada persona gasta una media de unas 230 bolsas de plástico al año, lo que equivaldría a más de 500 billones de bolsas de plástico en el mundo.
Un dato aún más alarmante es que aproximadamente 13 millones de toneladas de plástico desechadas por año van a parar al océano, suponiendo una extrema y grave amenaza a las especies marinas y sus hábitats.
Lo cierto es que, a pesar de que las intenciones por colaborar con esta problemática sean buenas, aún falta muchísimo para lograr dar un verdadero mensaje a la humanidad sobre la importancia de lo que cada uno de nosotros consumimos y desechamos. Como ser, según cifras reveladas en 2019, en Argentina se reciclan 225.000 toneladas de plástico por año, aunque la industria de este sector posee una capacidad ociosa del 50%. Especialistas en el tema han advertido que resulta fundamental incorporar políticas públicas de gestión eficiente de residuos, entre las cuales se incluye la decisión de separación de la basura en hogares.
En un intento por cuidar el medio ambiente buscar soluciones sostenibles a este gran escenario que nos involucra a todos, algunos países han encontrado en las hojas de banana un verdadero aliado sostenible único. Esta iniciativa se ha desarrollado con éxito especialmente en algunos países asiáticos.
Desde el año pasado, Tailandia y Vietnam han implementado este recurso en diversas cadenas de supermercados como Rimping, en Chiang Mai, o Saigon Co.op, en Ho Chi Minh. Se trata precisamente del uso de estas hojas como envoltorio para diferentes frutas y verduras.
Plastic who?
— Tagani Philippines (@TaganiPH) March 23, 2019
LOOK: Instead of plastic bags, vegetables in Thailand are wrapped in banana leaves! ???? Vomad pic.twitter.com/pG1uuNp7EB
Otro destino que ha utilizado un recurso natural es Baja California, precisamente a partir del uso de conchas marinas. La combinación de fibras naturales con resinas biodegradables ha sido probado por la compañía local Biobreak.
Su sistema de bolsas se compone a partir del uso de resina de las conchas marinas, recurrentes en sus costas, combinados con fibras de arroz y aguacate para crear bolsas de plástico, entre otros objetos. De esta manera, la lógica impuesta para cuidar el medio ambiente indica la posibilidad de utilizar la propia naturaleza para devolverla al mar a través de un proceso biodegradable más corto y orgánico.
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