En la ciudad de Kaohsiung, Taiwán, un hombre fue puesto en cuarentena en un hotel. Salió de su habitación al pasillo durante, atención: ocho segundos; y esto fue captado por una cámara por el personal del hotel CCTV. El personal llamó inmediatamente al Departamento de Salud para denunciarlo y fue multado con US$ 3,500. Así es.
Se suponía que el hombre, un trabajador migrante de Filipinas, debía permanecer en cuarentena en su habitación de hotel sin salir, y Taiwán no dobla las reglas ni un poquito cuando se trata de COVID-19.
El país ha recibido elogios por su manejo de la pandemia de COVID-19, sin promulgar cierres estrictos como otras naciones. La respuesta de Taiwán se definió por la velocidad, y las autoridades comenzaron a monitorear a los pasajeros en vuelos directos desde Wuhan desde el 31 de diciembre de 2019. El gobierno también invirtió en pruebas masivas y rastreo de contactos.
Poner en cuarentena a los visitantes entrantes es parte del método de Taiwán para controlar la propagación del virus, y es evidente que no están jugando. Solo en la ciudad de Kaohsiung hay 56 hoteles de cuarentena designados y 3.000 habitaciones reservadas para personas en cuarentena.
8 segundos bastaron para una gran multa y a Taiwán para demostrar que se toman muy enserio todas las medidas preventivas