Tiahuanaco o Tiwanaku es una antigua ciudad arqueológica ubicada a 3.870 metros sobre el nivel del mar. Un lugar para ir desde Argentina o cualquier lugar de Sudamérica y vivir un encuentro cultural muy fuerte con un pasado distante y que sin embargo continua vigente en la idiosincracia de la población boliviana y peruana. Encontré, en mi paso por estas tierras, muchas similitudes con los pueblos Himalayos de Nepal y el Tibet. Tiahuanaco está ubicada en el altiplano boliviano en la margen oriental del río de igual nombre, a 15 km al sudeste del lago Titicaca, muy cerca de la La Paz.
Tiahuanaco, se cree que cuando era habitada, se la conocía como Taypikala, que significaría algo así como La Piedra del Centro. Precisamente porque fue el centro de una cultura preincaica que basaba su economía en la agricultura y la ganadería, y que abarcó los territorios de la meseta del Collao, entre el occidente de Bolivia, el sur del Perú, el norte de Argentina y el norte de Chile, regiones desde las cuales irradió su influencia tecnológica y religiosa hacia otras civilizaciones contemporáneas a ella. Se cree que su influencia llegó hasta el amazonas y su desembocadura en el Altántico.
La expansión pacifica de su cultura a través de la prédica, el ejemplo, respeto y unidad, pudieron influir en las serranías, en el altiplano y en las tierras bajas del Amazonas.
Cuando hablamos de historia en América hacemos mucho énfasis en las conquistas y batallas libertadoras, emancipación imperial, creación de estados y banderas, una historia reciente, de entre 200 y 500 años, escrita en español o en alguna otra lengua europea. Si profundizamos un poco mas en nuestra visión del pasado, con esfuerzo llegamos hasta los Incas en Sudamérica o los Aztecas en Centroamérica. Culturas que estaban cuando Cristobal Colón llegó a América y que las estudiamos como Culturas Pre-Colombinas, o sea, antes de Colón. Poblaciones que habitaban en estas tierras que fueron descubiertas (como si hubiesen estado cubiertas o tapadas) y llamadas de Nuevo Mundo. Las palabras textuales nos hablan de un lugar inexistente que simplemente emergió de las entrañas del océano mientras Colón y sus compañeros flotaban en sus caravelas. Así fue que un Nuevo Mundo apareció en la historia.
Tal vez por la distancia en el tiempo, por la falta de vestigios, o simplemente por nuestra visión limitada, nos cueste entender que este Nuevo Mundo, era mas viejo que la historia misma. Las culturas pre Incaicas, se diluyen en una nebulosa que a mi me fascinó cuando visité Tiahuanaco en Bolivia.
Según algunos estudiosos del tema, esta cultura se inició alrededor del 1.500 a.C. y tuvo su culminación al rededeor del año 1.000 d.C. pero otros aseguran que se remonta mucho mas allá en el tiempo a 17.000 años atrás. Tiahuanaco es considerada, por algunos, la cultura madre de las civilizaciones americanas, mientras que otros la consideraban simplemente como la capital de un antiguo imperio megalítico, o de un gran imperio que se expandió por todos los Andes Centrales y fue cuna de culturas posteriores.
Me resulta interesante oir que dicen los hijos de esta cultura, de sí mismos, mas que el análisis de científicos que por venir de otras raices, no pueden sino comparar con su propia cultura y analizar desde una referencia externa. Por eso ellos con el término Poliandinismo Amazónico definen una nueva vision de lo que fue su propio pasado. Una relación entre los pueblos Guaranies, Aimaras, Quechuas y otros grupos étnicos, hicieron un tejido social que incluyó a todo el continente.
Hoy en día todavía llevan a la práctica dos costumbres sobresalientes de la ansestral filosofía: El comunitarismo y La complementariedad de opuestos. La tarea de difundir la cultura estaba en aquellos tiempos, mas que ahora, en manos de los Yatiris y Amautas, hombres sabios, sacerdotes que mantienen el conocimiento de curar el cuerpo junto con el alma. Son eruditos que todavía enseñan a vivir con un ejemplo intachable, una cosmovisión que se remonta en un conocimiento ansestral inigualable.
Bajo la mirada de esta antigua civilización todo en la naturaleza es opuesto y complementario y consideran que los opuestos se necesitan para existir. El modelo indígena se basa en un modelo cuántico, donde el encuentro de dos energías opuestas o antagónicas, generan una tercera enegía. Un buen ejemplo para sintentizar este concepto es cuando juntamos, en un circuito eléctrico, un polo negativo con el polo positivo, se genera algo mas que la suma de las dos partes, porque esa unión genera luz. Con el poder que engendraron a través de los acuerdos de concesnso pleno, fomentaban la paz y harmonia con respeto de las costumbres y formas de vida diferentes. Una lógica que aceptaba el territorialismo, geograficamente distinto, por lo tanto tenían la identidad respetada y reconocida por el resto. En contraposición a la cultura que vivimos hoy en día basada en el individualismo, la envidia, el egoismo y el odio a los opositores.
Los Tiahuanacos no dejaron vestigios de invasiones ni de pueblos sometidos. No existen restos, armas, indumentaria bélica, sino mas bien tecnoligía de producción agrícola. Crearon una excepcional técnica de cultivo en camellones para las tierras planas y en andenes para las laderas. También nos dejaron un montón de preguntas que todavía la ciencia no puede responder. Ellos hallaron el medio de cortar, trabajar, pulir y transportar bloques de piedra de extremada dureza de más de 100 toneladas desde una cantera situada a 40 km de distancia, a través de una irregular meseta, azañas de este tipo superan nuestra comprensión y desafían nuestra imaginación. Las características de construcción de la capital son únicas y espléndidas, a pesar de que algunos sostienen que solo está en la superficie, el 1 % de de las construcciones. En ella confluyen, arquitectos planificadores, que con un singular dibujo de líneas simples diseñaron fastuosos templos orientados atronomicamente con una exactitud increible. Los ingenieros calcularon las inclinaciones de los muros, y con una excelente técnica urbanística crearon redes superficiales y subterráneas de canales para eliminar las aguas pluviales y servidas.
De mas está decir, que la historia cambió cuando el hombre blanco llegó con sus espadas y sus cruces. Si bien los Tiahuanaco ya no existían como civilización, estaban los Incas que aplicaron muchos de sus conceptos. El resultado de este encuentro fue una lucha de opuestos y una sumisión de una cultura hacia la vencedora, explotación, culpa, castigo, división y sumisión fue el producto, que todavía se vive en todo el Nuevo Mundo. Este video que encontré mientras estudiaba para escribir este artículo, amplía y completa el relato.
Esta iglesia fue la primera Catedral de Bolivia, antes de que la capital se trasladase de Laja a La Paz. Para la construcción de la iglesia católica del pueblo de Tiwanaku utilizaron como materia prima, las piedras y otros elementos sustraidos de los templos de una de las culturas más longevas de la humanidad, una vergúenza que plasma con claridad, la diferencia de concepción entre ambas culturas al definir el significado de la palabra civilización. Destruyeron el yacimiento arqueológico mas importante de América para construir una Catedral. Arruinaron con un vandalismo flagrante un lugar sagrado, ayudando a dejarlo en ruinas.
