Un avión rumbo a Nueva York tuvo que dar media vuelta a mitad de camino por una falla en pleno vuelo

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Redactora
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Lo que prometía ser un vuelo transatlántico de rutina terminó convirtiéndose en un viaje eterno y frustrante para los pasajeros del vuelo VS3 de Virgin Atlantic. La aeronave, que partió desde Heathrow (Londres) rumbo al aeropuerto John F. Kennedy (Nueva York), se vio obligada a realizar una inesperada “vuelta en U” sobre el océano Atlántico, tras detectarse un problema técnico en pleno vuelo.

El Airbus A350 había recorrido ya más de cuatro horas cuando, a unos 530 kilómetros de la costa canadiense, el piloto activó el código de emergencia 7700, utilizado cuando hay situaciones críticas que exigen atención inmediata. La decisión: regresar al Reino Unido.

Sin embargo, en lugar de volver a Heathrow, el avión aterrizó en el aeropuerto de Mánchester, uno de los centros operativos de la aerolínea, completando un viaje total de ocho horas… para no llegar a ningún destino.

Aunque Virgin Atlantic solo habló de un “problema técnico”, informes y videos compartidos en redes sociales mostraron que la aeronave aterrizó con las puertas del tren de aterrizaje abiertas, lo que sugiere un fallo en el sistema hidráulico. El servicio de bomberos recibió al avión como medida preventiva, aunque no hubo heridos ni incidentes mayores.

Un portavoz de la aerolínea explicó que la decisión de desviar el vuelo a Mánchester respondió a una estrategia logística para gestionar mejor la situación, ofrecer alojamiento a los pasajeros y programar vuelos alternativos al día siguiente.

Los pasajeros vivieron una experiencia extenuante: ocho horas de vuelo, solo para regresar a suelo británico. Muchos compartieron su frustración en redes sociales, como Antony Ochieng, quien publicó imágenes del aterrizaje en Mánchester, mostrando las puertas abiertas del tren de aterrizaje.

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Virgin Atlantic ofreció disculpas y aseguró que la seguridad de sus clientes y tripulación es su máxima prioridad. Sin embargo, este tipo de incidentes suelen generar grandes costes operativos para las aerolíneas y, claro, incomodidades para los pasajeros, quienes tuvieron que esperar hasta el día siguiente para completar su viaje a Nueva York.

El código de emergencia 7700 no es algo que se active a la ligera. Es un protocolo internacional que alerta a los controladores aéreos de que el avión enfrenta una situación seria. Gracias a este sistema, se puede priorizar el aterrizaje y coordinar recursos de emergencia para garantizar la seguridad de todos a bordo.

Por ahora, Virgin Atlantic investiga el fallo que puso en jaque al VS3, mientras sus pasajeros solo esperan que su próximo vuelo no tenga sorpresas.

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