Finalmente, un grupo de científicos internacionales ha hecho un descubrimiento revelador: los primates poseen un sentido del humor similar al de los niños y disfrutan el juego de manera similar.
Cuatro especies de grandes simios, observadas en su hábitat natural, han mostrado un comportamiento inclinado hacia lo humorístico desde temprana edad. Los científicos han quedado fascinados con la manera en que estos primates interactúan entre sí.
Los chimpancés y los bonobos, considerados los parientes más cercanos en el reino animal, han demostrado un disfrute genuino por la diversión, persiguiéndose entre las ramas, lanzándose hojas e incluso haciéndose cosquillas. Este tipo de humor se ha considerado parte del linaje humano.
Dentro del estudio, los científicos han observado que los simios son excelentes imitadores, disfrutando de observar y copiar acciones, tanto entre los miembros de su grupo como con los humanos. Realizan gestos graciosos y muecas para llamar la atención o expresar emociones, similar a los niños.
Así como los niños, los simios desarrollan apego por un juguete favorito y participan en juegos como las escondidas. Aunque no sonríen, las expresiones faciales y vocalizaciones de los simios indican momentos de alegría y disfrute.
Desde una perspectiva evolutiva, la presencia de comportamientos lúdicos y prerrequisitos cognitivos en los cuatro grandes simios puede remontarse a nuestro último ancestro común hace 13 millones de años.
Con estos descubrimientos, los científicos esperan concientizar a la humanidad sobre la importancia de proteger a estas especies en peligro de extinción y reconocer las similitudes que compartimos con nuestros parientes más cercanos. El humor, la sonrisa y la alegría no son exclusivos de los humanos, y comprender esto nos ayuda a valorar y preservar la vida en todas sus formas.