Lo que comenzó como una excursión tranquila para disfrutar del mar y el sol en la costa portuguesa terminó en un verdadero susto cuando un grupo de orcas embistió contra dos embarcaciones y logró hundir a una de ellas.
El hecho ocurrió el sábado 13 de septiembre en la playa de Fonte da Telha, cerca de Lisboa. Allí, nueve turistas distribuidos en dos yates vivieron un episodio de tensión cuando las llamadas “ballenas asesinas” comenzaron a rodearlos. Al principio parecían acompañar el paseo, pero en cuestión de minutos empezaron a golpear el casco de uno de los barcos hasta abrirlo y provocar la entrada de agua.
“Vi el velero moverse de forma errática. Entonces me di cuenta de que estaba siendo atacado por una orca”, relató João Filipe, capitán de un barco de avistamiento de delfines que presenció el ataque durante más de una hora. Según explicó, con apenas dos o tres golpes estos animales pueden romper la zona del timón y dejar a la nave completamente inmovilizada.
La rápida asistencia de otras embarcaciones recreativas permitió rescatar a los cuatro tripulantes del velero hundido y a los cinco que viajaban en el segundo yate, el cual también fue embestido pero resistió el impacto. Afortunadamente, ninguno de los turistas resultó herido.
Aunque pueda parecer un ataque, los especialistas aseguran que no se trata de un comportamiento agresivo hacia los humanos. Desde 2020, se han registrado decenas de incidentes similares en la península ibérica, Marruecos e incluso en el Mar del Norte.
“Lo que está sucediendo con las orcas ibéricas y los barcos no es un ataque en el sentido de agresión, depredación o defensa territorial. Es una conducta lúdica”, explicó Renaud de Stephanis, presidente de la Sociedad para la Conservación, Información e Investigación de Cetáceos (CIRCE).
Para los científicos, las orcas “juegan” empujando y golpeando las embarcaciones, aunque estos choques puedan terminar con graves daños materiales y con momentos de verdadero pánico para los navegantes.
