Lo que parecía un vuelo común terminó en un verdadero caos. El vuelo AA198 de American Airlines, con destino a Milán, Italia, tuvo que regresar de emergencia al Aeropuerto JFK de Nueva York luego de que un pasajero protagonizara un altercado violento a bordo.
El incidente ocurrió el lunes por la noche, después de cuatro horas de vuelo. Según testigos, todo comenzó cuando el hombre se mostró molesto por no recibir la comida que había pedido y por no poder sentarse en la fila de emergencia, ya que viajaba con un bebé.

La situación se salió de control cuando el pasajero empezó a agredir verbalmente a la tripulación y luego intentó acceder a la cabina del piloto. Incluso se registró un forcejeo en la parte trasera del avión. Ante el peligro, la tripulación preguntó si había algún policía o militar a bordo que pudiera intervenir, ya que no había alguaciles aéreos disponibles.
Pese a que inicialmente se informó que el regreso era por «problemas técnicos», los pasajeros pronto entendieron la verdadera razón: el comportamiento agresivo del pasajero.
El avión, con más de 300 personas a bordo, aterrizó en Nueva York a las 3 de la madrugada. El pasajero fue escoltado por la policía pero, según CBS News, fue liberado sin cargos penales.
El abogado especializado en aviación Robert Clifford explicó que este tipo de episodios suelen estar vinculados con problemas de salud mental, y que la decisión de regresar probablemente se tomó para proteger la seguridad de todos a bordo.

Sin embargo, los pasajeros criticaron duramente la falta de apoyo de la aerolínea. Aseguran que no recibieron compensaciones, ni acceso gratuito a servicios como salas VIP, a pesar del retraso de 16 horas en la reprogramación del vuelo.
La FAA ha iniciado una investigación formal y reveló que en 2024 ya se registraron más de 1.800 incidentes con pasajeros conflictivos en vuelos comerciales.
Una escena alarmante que pone nuevamente el foco sobre la seguridad aérea y la gestión de crisis en vuelos internacionales.