La historia de esta familia es simplemente inspiradora. Margaret Bensfield Sullivan y su esposo Teddy tomaron una decisión audaz: dejar atrás su vida en Nueva York para embarcarse en una travesía alrededor del mundo con sus dos hijos, Willa y James, de seis y cuatro años respectivamente.
La aventura, que duró 12 meses y abarcó 29 países, ha capturado la atención de muchos en Internet. ¿Quién hubiera pensado que una familia que nunca había viajado con sus hijos se atrevería a dar este paso?
Para Margaret y Teddy, la decisión de emprender este viaje fue el resultado de su amor por viajar, algo que habían disfrutado juntos antes de convertirse en padres. Con la llegada de Willa en 2012, y luego James, parecía que los grandes viajes quedaban en el pasado. Pero la pregunta persistía en la mente de Margaret: ¿acaso ya no podríamos viajar porque tenemos hijos?
La planificación meticulosa fue clave para llevar a cabo esta hazaña. Desde la reserva de alojamientos hasta los detalles de los destinos y las comidas, todo fue cuidadosamente organizado. Sin embargo, también hubo espacio para la improvisación, lo que agregó un toque de aventura al viaje.
Viajaron siguiendo la dirección del sol, comenzando en Sudamérica, luego África, Oriente Medio, Europa, Asia, Australia y Nueva Zelanda, para finalmente regresar a Nueva York. Para Margaret, pasar tanto tiempo con sus hijos durante el viaje fue revelador, contrastando con sus largas horas de trabajo en la ciudad.
La experiencia les permitió sumergirse en diversas culturas y al regresar, apreciaron aún más las peculiaridades de su propia ciudad. Pero lo más importante es cómo esta aventura transformó su vida familiar, convirtiéndolos en un equipo más unido y solidario.
«Viajar siguiendo al sol» fue más que una frase, fue el lema que definía su increíble travesía. Hoy, esta familia es un testimonio vivo de que los sueños pueden hacerse realidad si te atreves a seguirlos, sin importar las circunstancias.