Bryan Chan y cuatro compañeros de la universidad de Arizona tuvieron una idea bastante particular, que llevaron a cabo hace algunos años: ataron una cámara GoPro a un globo aerostático para tener una filmación a alturas que un drone o incluso un avión alcanzarían.
El «invento» voló durante una hora y 38 minutos, antes de que se le desprendiera el globo se precipitara a tierra, bastante más lejos de lo que había despegado, y después de haber alcanzado unos 30 mil metros de altura, al filo de la estratósfera.
Sin embargo, algo falló y los chicos nunca pudieron dar con la cámara, a la que consideraron perdida.
Si bien habían pensado usar un GPS para monitorear la posición del globo para dar con ella fácilmente ni bien aterrizara, el teléfono que habían incluido específicamente para localización perdió señal al caer a tierra.
Increíblemente, más de dos años después, una excursionista se topó con la cámara y el teléfono en tierra. En un extraño giro del destino, la mujer trabaja para AT&T y pudo verificar la identidad del propietario de la tarjeta SIM.
Los estudiantes se llevaron una gran sorpresa cuando, unas semanas después, el teléfono y la cámara con el video aparecieron y les fueron devueltos.
Una edición de la casi hora cuarenta que estuvo en el cielo muestra a los muchachos en el lanzamiento, y parte de lo que la GoPro grabó mientras subía hasta por sobre los 30 mil metros de altura, con vistas del Gran Cañón del Colorado y las llanuras de Arizona.
En Barcelona todas las noches a las 20hs aplausos de agradecimiento suenan en cada rincón de la ciudad
Ocurre todas las noches a las 8 p.m. Comienza suavemente, como un distante trueno, y el ruido se hace más fuerte a medida que resuena por la ciudad. Es el sonido de decenas de miles de manos aplaudiendo al unísono dando su ovación a los trabajadores de la salud de la ciudad desde los balcones, como forma de agradecimiento a la lucha y esfuerzo diario.
El mismo sonido se puede escuchar a través de Madrid. Y Sevilla. Y en muchas de las ciudades de España por ahora, incluso en Latinoamérica.
Todas las noches, sin falta, a las 8 en punto. Para muchos es el momento de solidaridad e incluso de unión humana, a la distancia, pero que permite salir del teléfono y televisión para volverlo real. Como era antes, hace apenas una semana. Continuar leyendo…