Dos días antes de la Navidad, dentro de su casa, una futura madre comenzó a sentir fuertes contracciones.
Erica y Davon Thomas esperaban a su primer hijo el día de Navidad, sin embargo, alrededor de las 11 p.m. el 23 de diciembre comenzaron unas fuertes contracciones inesperadas de la mujer.
En la mañana de Nochebuena, las contracciones empeoraron, pero la pareja no podían salir de su casa porque la nieve de la tormenta de invierno se había acumulado hasta la mitad de la puerta principal de su casa en Buffalo, según dijo Davon a los medios locales.
El futuro padre llamó al 911 para pedir ayuda y le dijeron que intentarían llevar un vehículo de emergencia lo antes posible. Cuando volvió a llamar más tarde, le dijeron que los socorristas habían intentado llegar a su casa pero no pudieron.
“Empecé a pensar: ‘Bueno, ¿cómo va a nacer mi bebé de manera segura?’”, contó.
Fue en ese momento que se dio cuenta de que iban a tener que hacer eso solos.
Davon llamó a un amigo, Jeter Neville Jr., quien hizo una publicación para la pareja en un grupo de Facebook de Buffalo, pidiendo ayuda.
Llegaron comentarios de personas que ofrecían consejos, ayuda e incluso compartían sus números de teléfono. Raymonda Reynolds, una doula experimentada de cinco años, estaba entre ellos.
Reynolds habló con Davon alrededor de la 1 p.m., cuando Davon le di a conocer su preocupación por su esposa e hijo. “Estoy tan feliz de que me hayan elegido, había mucha gente a la que podrían haber llamado”, dijo Reynolds a medios locales.
Reynolds dijo que podía escuchar a la mujer en trabajo de parto de fondo cuando comenzó a decirle a Davon qué hacer.
“Era una concentración completa”, recordó Davon. “Me di cuenta de lo importante que era esto y todos los nervios desaparecieron”. Con la guía de Reynolds, Davon agarró toallas, un par de tijeras desinfectadas y un recipiente de la cocina (para atrapar la placenta).
Los dos finalmente se conectaron a una videollamada para que la doula pudiera ayudarlos mejor.
“Seguí diciéndole a Erica que respirara profundamente”, dijo Reynolds, “Estaba tratando de mantenerlos calmados y tranquilizarlos”. Mientras Erica caminaba por la casa con dolor, el trabajo de Davon era seguirla de cerca.
Reynolds también agregó a su amiga, la doula y enfermera Iva Blackburn, a la llamada. “Ella trajo esa comodidad adicional con los antecedentes médicos”, dijo Reynolds.
Un poco después de las 3 p.m., las dos doulas de la videollamada le aconsejaron a Davon que mirara al bebé con una linterna. Mientras colgaba el teléfono para comprobarlo, Erica gritó: “¡El bebé está coronando!”.
Erica luego describió una sensación de ardor y emitió lo que Reynolds describió como «un gemido primario». Davon sostuvo una pila de toallas debajo de Erica mientras ella se agachaba y empujaba. La habitación estaba en silencio, y luego Erica gritó: «¡Ya está aquí!»
“Comenzamos a gritar como si fuera un touchdown de Buffalo Bills”, dijo Reynolds. “Fue lo más hermoso de lo que he sido parte”, sostuvo.
Devynn Briell Thomas nació a las 3:31 p.m. el 24 de diciembre, pesando 6 libras, 9 onzas y midiendo 50 centímetros.
Las doulas aconsejaron a los nuevos padres que limpiaran la boca y la nariz de Devynn y aseguraran el contacto piel con piel con la madre. Entonces, la bebé dejó escapar su primer llanto.
Las dos doulas se quedaron al teléfono con la pareja para ayudar con la placenta y cortar el cordón umbilical.
“No podría haberlo hecho sin ellas”, dijo Davon, y agregó que él y su esposa estaban en estado de shock. “Fue muy reconfortante saber que estaban allí”.
Después del parto exitoso, la siguiente tarea de la familia fue llevar a la madre y al bebé al hospital, a pesar de la tormenta de nieve. Alrededor de las 4:30 a.m. del día de Navidad, Davon recibió una llamada diciendo que la ayuda estaba en camino.
La familia de Ángel Lugo había visto la publicación en Facebook y su hermana le dijo a Davon que Lugo que vendría a llevarlos al hospital, dijo.
La nevada impidió que Lugo se estacionara en la casa de la familia, por lo que la nueva mamá, el papá y el bebé tuvieron que caminar tres cuadras de nieve hasta las rodillas para llegar al automóvil.
“Tuvimos que caminar a través de bastante nieve”, agregó Davon. “Fue como una escena de una película”.
Davon dijo que su familia regresó a casa el martes sana y salva, y que Erica y Devynn “ambos están muy bien”.
Y una vez que la nieve se derrita, planean encontrarse cara a cara con las doulas que los ayudaron.