Producto de las fuertes lluvias de los últimos días, la ciudad de los canales ha sido otra vez protagonista de las fotos más desoladoras: Venecia sufre nuevamente el fenómeno de ‘acqua alta’, las inundaciones y mareas altas que ocurren con frecuencia en numerosos puntos urbanos, afectando principalmente a Venecia y Chioggia.
El fenómeno se da entre el otoño y la primavera y uno de los puntos más bajos de Venecia es la Plaza San Marcos, por lo que frecuentemente las imágenes que registran este fenómeno dan cuenta del impactante desastre que esto ocasiona en la zona.
Al respecto, Carlo Alberto Tessein, procurador de la Basílica de San Marcos, indicó que «la situación es terrible, estamos bajo el agua de manera dramática… el nártex (el atrio) está completamente inundado y, si el nivel sigue subiendo, también se inundarán las capillas interiores«.
Según han indicado, el MOSE, el sistema de diques que protege a la ciudad de sus habituales inundaciones en esta época del año, no se llegó a activar. Este sistema de diques, que se tardó más de quince años en construir para proteger Venecia de las cada vez más frecuentes inundaciones, fue probado por primera vez el 3 de octubre y se ha activado en varias ocasiones para frenar la marea.
Normalmente está previsto que las 58 puertas móviles de estas barreras se pongan en marcha siempre que se esperen más de 110 centímetros de «agua alta». Sin embargo, en esta ocasión, el agua ha alcanzado los 122 centímetros, y este sistema solo se activa cuando se superan los 130. Por lo que, estimando que la marea no alcanzará esa cifra, las compuertas no se levantarán.
La obra consiste en tres barreras submarinas que se elevan para cerrar las tres salidas de la laguna veneciana a mar abierto: Malamocco, Lido y Chioggia. Costó 5.500 millones de euros, mucho más de lo que se había previsto y ha sufrido cuantiosos retrasos, además de escándalos de corrupción. Desafortunadamente, ante su ineficacia en esta oportunidad, la ciudad italiana continuará inundada ante la desesperación y preocupación de los vecinos que, hace no más de un año, vivieron la peor inundación que se ha registrado desde 1966.
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