No. Nada tiene que ver esto con Terminator y SkyNet. Ni tampoco con «Yo, Robot». Y no es un antecedente de que las máquinas están rebelándose. La historia es tan insólita como viral. Todo esto ocurrió en San Francisco, en California, cuando un automóvil, un coche autónomo, circulaba sin las luces correspondientes encendidas encontrándose claramente en infracción.
Según el usuario B-RadAbroad, el auto de Cruise Automation -división de General Motors especializada en el desarrollo de taxis sin conductor humano- y modelo Chevrolet Bolt, conducía por la calle Richmond, en el centro de San Francisco, cuando un vehículo policial le marcó que detuviera la marcha. Aunque en en un principio el vehículo se detuvo e incluso un oficial pudo acercarse a la puerta principal, el auto avanzó en cuanto el policía regresó a su patrulla.
Metros más adelante, el coche autónomo volvió a detenerse, permitiendo que pudiera ser rodeado por elementos de las fuerzas del orden. De acuerdo con documentación oficial, no se labró ninguna sanción contra el auto, ni contra la compañía.
Al recibir la instrucción de la policía, el coche autónomo de Cruise activó sus sistemas y se detuvo en un lugar seguro para el oficial y el vehículo. Aunque esto diera la impresión a los espectadores y a la policía de que el auto se estaba dando a la fuga.
Tras la viralización del video, Cruise compartió un tweet en donde se refirió al tema y fundamentó que su auto había actuado conforme a sus protocolos de seguridad.
“Nuestro AV cedió el paso al vehículo policial, luego se detuvo en el lugar seguro más cercano para la parada de tráfico, como estaba previsto. Un oficial se comunicó con el personal de Cruise y no se emitió una multa“, escribieron. “Trabajamos en estrecha colaboración con el Departamento de Policía de San Francisco sobre cómo interactuar con nuestros vehículos. Incluimos un número de teléfono dedicado a atender situaciones como esta”.
Lo que queremos saber: ¿Cómo funcionan los coches autónomos?
Cabe recordar que un coche autónomo es aquel que cuenta con los sistemas informáticos necesarios para imitar las capacidades humanas en cuanto a la conducción, tanto por manejo como por control. En general, son considerados vehículos autónomos aquellos que no necesitan conductor; sin embargo, el concepto sigue evolucionando y hay varios niveles de conducción autónoma.
Estos automóviles son capaces de percibir el entorno que lo rodea y, en base al análisis del mismo, aplicar técnicas de conducción. En esto, sus ocupantes pueden elegir el destino al que se dirija el vehículo, pero no es necesario que tomen ningún tipo de acción sobre la conducción.
Existen varios criterios para catalogar la conducción autónoma en cuanto a los diferentes niveles. El criterio estipulado por la NHTSA establece que el nivel 0 es el que requiere de un humano para absolutamente todo, de tal modo que no está considerado siquiera como un nivel de la conducción autónoma, tal es así que la mayoría de los vehículos que circulan por la vía pública pertenecen a esta nivel.
El nivel 1 implica que ‘los controles individuales sean automáticos’, luego todo aquel vehículo que cuente con freno autónomo de emergencia, control de crucero o control de estabilidad, por ejemplo, estaría incluido en este nivel.
Dentro del nivel 2 de conducción autónoma es un requisito que ‘dos funciones sean controladas por el vehículo al mismo tiempo’. Por ejemplo, control de crucero y mantenimiento en el carril.
Ya en el nivel 3 de conducción autónoma sí, el coche se controla por sí solo y es capaz de gestionar de forma autónoma todas las funciones relacionadas con la conducción. Sin embargo, se requiere de un conductor como asistente, al cual se le puedan lanzar consultas en ocasiones concretas.
Finalmente, el nivel 4 de conducción autónoma, es la conducción autónoma completa o real, en tanto que el vehículo sí se puede conducir por sí solo de forma completa y sin ningún tipo de asistencia humana. El humano únicamente cumple con la función de indicar la ruta a la que se tiene que dirigir el vehículo.
