Para casi todos los que viajamos, la fotografía es una parte esencial de nuestras aventuras. Sabemos lo importante que es para nosotros captar esos momentos únicos, esos paisajes irrepetibles, retratar a la gente que nos acompaña por lo menos un instante en nuestro viaje.
Pero a veces no estamos solos, y podemos llegar a ser un poquito… densos, por así decirlo, para alguien que no tiene nuestra misma pasión. Está nota es para ellos, los que tiene que esperarnos a que configuremos bien la cámara, encontremos el ángulo justo, o lo que sea que estamos esperando. Estás son las razones por las cual podemos ser considerados una pesadilla al viajar.
1. Odiamos que nos sugieran una «buena foto»
Vas a estar en cualquier lugar del mundo, con tus amigos, con tu pareja, o con quien sea, y no va a faltar el caso en que te digan «ese es un fotón.» Y estoy seguro que van a ser muchas de esas veces las que no les des importancia. Vos y tu criterio no van a coincidir con esta sugerencia, y seguramente termines ignorando el consejo.
2. Un minuto para nosotros, 20 para otros
Viajar con un amante de la fotografía hace que el tiempo se dilate bastante. Cuando te digamos «esperanos un minuto» seguramente sean varios más. Vamos a estar configurando la cámara, buscando el ángulo ideal, el momento justo. Anda teniendo en cuenta esto para organizar tu día con nosotros.
3. Vas a ser nuestro modelo las veces que necesitemos
Por lo general intentamos no usar modelos, sino tratar de capatar a la gente del lugar en su vida diaria, en su ritmo de vida normal. Pero habrá varias veces que no quedará más opción de que seas nuestro modelo. Así que armate de paciencia y vas a conseguir tener muchas de tus mejores fotos de perfil gracias a nosotros.
4. Salir a pasear a cualquier hora
Si estamos en un lugar donde vale la pena ver el amanecer, dalo por hecho. Al menos un día vas a levantarte muy temprano para que podamos tener esa foto. O si es un lugar de esos que cambia por completo de noche y sin turistas, más de un día te vas a ir a la cama tarde por nuestra culpa. Todo sea por conseguir la mejor fotografía posible.
5. Nuestras mochilas suelen pesar unos kilos más
Además de todo lo que tiene una mochila típica de viajero, nosotros cargamos al menos unos kilitos más. La cámara réflex, la batería extra, otro lente, memorias, y hasta un trípode y un flash, ¿por qué no? Cuando te pidamos que nos tengas un ratito nuestra mochila, te vas a dar cuenta de esto y te vas a acordar que te lo advertimos en esta nota.
6. Revisamos todo 2, 3, mil veces antes de dejar un lugar
Es que si no la hacemos, y nos olvidamos algo, vamos a estar con humor bastante malo por unos cuantos días. No podemos dejar ni una memoria, ni un cable, ni una batería, imaginate la cámara. Mejor ayudanos a revisar y ¡nos vamos cuanto antes!