El turista viaja y busca. Más allá de lo que pueda llegar a encontrar, viajar implica buscar lo desconocido, lo diferente, lo inusual, las pequeñas cosas que posiblemente no se valoren en los lugares de origen pero que en viaje parecen sorprendentes.
En este post les contaremos algo que, por más simple que parezca, forma parte de objetivos de viajes de cada vez más turistas: los molinos de viento. Holanda, la “capital” de los molinos es una de las más elegidas, aunque aquí te mostraremos todos los lugares que puedes visitar si te consideras un fanático.
1. Kinderdijk, Holanda
Como te contábamos antes, Holanda es uno de los lugares clave para observar molinos, jugar con las fotografías y admirar los encantadores paisajes que se forman con la fusión entre la construcción, el viento y los paisajes de alrededor.
El conjunto de 19 molinos de viento de Kinderdijk fue nombrado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 1997, sumándole importancia turística y cultural al sitio.
Los molinos de Kinderdijk fueron construidos a mediados del siglo XVIII con el objetivo de evitar posibles inundaciones y un mejor aprovechamiento del agua, formándose un sitio importantísimo para la calidad de vida de los holandeses y un atractivo turístico para todo fanático.
Consejo viajero: el mejor horario para ir, aunque cueste madrugar, es por la mañana, de esta forma, se evitan las aglomeraciones de gente y se pueden tomar las mejores fotos.
2. Campo de Criptana, Ciudad Real, España
Si hay algún fanático de Don Quijote en la sala, entonces sabe muy bien a qué lugar se refiere; y a los no tan fanáticos, seguramente han escuchado hablar del personaje literario, la palabra molinos es prácticamente un símbolo dentro de la historia.
Los molinos de La Mancha, en España son un paisaje ideal para recorrer y Campo de Criptana, es uno de ellos. La localidad cuenta con 10 molinos de los cuales 3 aun conservan la maquinaria original del Siglo XVI. Los “gigantes” del Quijote color blanco, sus aspas y el ambiente que se respira hacen que sea uno de los destinos preferidos por los viajeros.
Tip viajero: para poder observar las maquinarias, lo mejor es acercarse a los molinos durante el día, antes del atardecer, esto permite que muchos de ellos estén abiertos y se pueda descubrir su interior.
3. Mykonos, Grecia
Mykonos es una isla encantadora de por sí que atrae a millones de turistas cada año. La isla, además de contar con una belleza arquitectónica, alegre y gastronómicamente inigualable, es lugar donde se emplazan cinco bellos molinos de viento, en desuso, pero que le dan a la “postal de llegada” un touch diferente.
Los molinos color blanco fueron construidos en el Siglo XVI los cuales, los primeros cinco pueden verse próximos al puerto y los restantes se encuentran distribuidos en toda la isla.
Consejo viajero: el único molino de la isla que aún funciona es el Molino Boni, activo gracias a su horno alimentado con madera, una visita casi imprescindible para los amantes de la fotografía.
4. Molinos Mota del Cuervo, España
Siguiendo por el camino de La Mancha, un conjunto de molinos sumamente turístico, es el de los Molinos Mota del Cuervo, un conjunto de 7 molinos ideal para todos aquellos que quieren conocer el funcionamiento de un molino. Todos los sábados por la mañana se realiza una molienda con el mecanismo utilizado en el siglo XVI, permitiendo observar y aprender acerca de la importancia, el funcionamiento y las construcciones internas de un molino.
Dato viajero: alrededor del complejo de molinos, se emplazan diversas figuras de Don Quijote y Sancho Panza, lo que hace que sea un destino bastante concurrido turísticamente hablando.
5. Zaanse Schans, Holanda
Dijimos que Holanda es uno de los mejores lugares para conocer, visitar y recorrer sitios con molinos de viento. Una postal de película es en la zona de Zaanse Schans ubicado a escasos 20 minutos en coche de la ciudad de Ámsterdam. Un paisaje de cuento, un set de filmación, una postal de viaje, un souvenir; todo eso puede sentirse cuando se recorre una de las principales regiones industriales de todo Europa durante el Siglo XVII.
En Zaanse Schans fueron construidos, en un principio, más de 600 molinos, lo que hace que visitar la zona sea un lugar ideal para conocer acerca del funcionamiento, visitar museos y descubrir los distintos materiales utilizados para la construcción de los mismos. Es una experiencia distinta, enriquecedora y definitivamente encantadora.
Dato viajero: al encontrarse tan próximo a la ciudad de Ámsterdam, muchos viajeros optan por visitar la región recorriendo los 20 kilómetros de una manera única y sumamente representativa de la región: en bicicleta.
Los molinos pueden parecer construcciones simples pero su interior, la importancia y la “obra de arte” que se forma en el paisaje hace que sea un atractivo turístico en crecimiento constante.
