“La elegancia no necesita perfección”, así define el lema sugerido para la conmemoración de una nueva edición del Día Mundial del Malbec. Eventos, ferias de vinos, degustaciones, hasta promociones de compra: se esperan festejos en 75 ciudades de 44 países en todo el mundo.
Argentina, líder en el mercado
La producción de Malbec en Argentina es considerada y reconocida como un emblema a nivel mundial. El país se ha convertido en un principal líder en cuanto a la producción vitivinícola de Malbecs: volumen, calidad y exportaciones marcan la diferencia.
El Malbec encuentra su tierra ideal en regiones con elevada amplitud térmica y suelos de propiedades calcáreos, arcillosos y arenosos. Argentina posee todas estas condiciones sobre la Cordillera de los Andes. Tanto el clima como su respectiva geografía, han generado que el Malbec allí se destaque por la calidad de sus taninos: “dulces, sedosos y envolventes”. Además, luego de frecuentes cosechas, Argentina logra mantener sus Malbecs en el podio en cuanto a standard de calidad.
En el momento justo y en el lugar indicado
El Malbec es una cepa originaria del sur oeste de Francia, donde ha sido bautizada como Côt. En el año 1852 es traída a Argentina por Michel A. Pouget, ingeniero agrónomo francés que fue contratado por Domingo Faustino Sarmiento, el entonces presidente del gobierno nacional, para desarrollar el cultivo de uvas.
Durante el año 1863, algunos años después de este hecho, la plaga de filoxera afecta notablemente a Francia y en especial a la industria de vino de gran calidad. Este insecto ataca hojas y filamentos de la vid, multiplicándose como una plaga con rapidez, al punto tal de destruir grandes zonas de viñedos en muy poco tiempo.
Así fue como los viñedos franceses sufren las consecuencias de esto y comienzan a deteriorarse. Sin embargo, Argentina junto a Chile y Chipre, serían unas de las pocas tierras libres de filoxera.
A fines del Siglo XIX, la vitivinicultura en Argentina alcanza un desarrollo exponencial gracias a la masiva inmigración de italianos y franceses.
Particularmente, el Malbec se adapta con total rapidez y eficacia a los diferentes terrunos que ofrece la geografía del territorio argentino. De esta manera, su producción de vinos comienza a ser incluso mejor que la elaboración en su país de origen.
Argentina se ha consolidado entonces como el único país en el que se encuentra Malbec producido con cepas originales de Francia.
Así el país logró consagrarse a nivel mundial como el principal productor estrella de estos vinos.
Cuenta con más de 70 mil acres plantados a lo largo de su territorio: toda la región cordillerana, que se encuentra desde Salta hasta la Patagonia, posee las condiciones climáticas por excelencia para el cultivo de esta cepa. Es posible encontrar variedades de Malbec opulentos y vigorosos.
A continuación y por una gran diferencia, le sigue Francia, con apenas aproximadamente 13 mil acres. Por debajo de ellos, se encuentran Italia, España, Sudáfrica, Nueva Zelanda y Estados Unidos. Sin embargo, ninguno de estos países es conocido de la manera en que se reconoce a Argentina como vinculación directa con el consumo de Malbec.
Sin dudas, la decisión tomada por Sarmiento resultó visionaria considerando el futuro que le esperaba a Argentina en cuanto a producción de vinos. Por tal motivo, todos los 17 de abril se celebra el Día Mundial del Malbec, fecha establecida por el territorio argentino y que hace alusión al momento en el que el presidente Sarmiento se involucró en asuntos de la industria del vino en el país.
De Norte a Sur: la elaboración del Malbec en territorio argentino
La región Norte del país es óptima para la producción de Malbec, ya que provincias como Salta y Catamarca se destacan por su altura entre los 1.000 a 3.000 metros sobre el nivel del mar. La expresión de estos vinos conserva su propia identidad, con aromas de fruta roja y negra bien madura, pimienta negra, pimentón. Aquí se obtienen cultivos de Malbec de poco más de 1.000 hectáreas.
No obstante, la primera denominación que se realiza al Malbec en tierras sudamericanas es Malbec, Luján de Cuyo. El Malbec en Mendoza, provincia de esta región de Cuyo, presenta un color intenso y oscuro similar al rojo cereza. La altura de los viñedos es una característica particular que hace inigualable a las condiciones de crecimiento y cosecha de esta cepa. También resulta fundamental las escasas precipitaciones en la zona, propias de un clima semiárido y con una notable amplitud térmica que caracteriza a la provincia: veranos con temperaturas que alcanzan los 25° e inviernos donde la temperatura no supera los 8°.
En otras regiones como Tunuyán, Tupungato y San Carlos, también pertenecientes a la provincia de Mendoza, la finalidad del Malbec obtenido resulta de una variedad más elegante, con componentes florales marcados. De esta manera, Mendoza es la principal región vitivinícola en Argentina, concentrando el 86% de los cultivos de Malbec, con 34 mil hectáreas destinadas a esta cepa. En esta zona, el vino se consolida como un atractivo turístico en sí mismo, por lo que las bodegas ofrecen recorridos por los viñedos y la fábrica, incluso degustaciones y experiencias más completas como un día de montaña con almuerzo incluido.
Y por último, provincias de la región de la Patagonia argentina como Neuquén y Río Negro presentan un clima más frío y geografías de menor altura, haciendo que el vino producido en estas tierras se caracterice por la presencia de notas de frutas negras maduras. En esta región, el volumen de los viñedos es de alrededor de 1.000 hectáreas.