Uno de los problemas típicos de volar en aerolíneas de bajo costo, más allá del overbooking, es la falta de espacio dentro del avión. Volás incómodo, no podés llevar mucho equipaje (a menos que lo pagues, y a veces, te sale más que el mismo pasaje), los compartimentos están llenos y el asiento es diminuto.
Sin embargo, no es eso lo que vivió hace poco Karon Grieve, una escritora escocesa que voló desde Glasgow hasta la isla griega de Creta en un vuelo de 189 plazas, pero… ¡completamente sola! Esta mujer pagó solamente 52 libras (60 euros) por un pasaje de clase económica en Jet2 Airlines y cuando llegó al aeropuerto descubrió que era la única pasajera.
Después de la sorpresa, Grieve embarcó, eligió «el mejor asiento» y aprovechó el momento para sacarse algunas selfies en la cabina rodeada por el resto de las butacas, todas vacías. Grieve contó que vivió algo surrealista: una tripulación entera formada por el piloto, el primer oficial y las azafatas, todos pendientes exclusivamente de ella.
Para celebrar, el piloto le dio una especial bienvenida, llamándola por su nombre y señalándole cada uno de los países que sobrevolarían. Después, la tripulación le entregó comida gratuita y un trato VIP.
En algunos momentos del viaje, confesó que no pudo evitar la risa, en especial cuando el personal comenzó a explicar las normas de seguridad a bordo, solamente para ella! Aunque en este caso, los tripulantes se animaron a dirigirse a la escritora utilizando su nombre de pila.
La misma aerolínea reconoció que, si bien es real que los últimos vuelos de la temporada se vendió menos pasajes, no es habitual contar con un único pasajero.