Considerado un paraíso invernal de origen volcánico, este lugar con forma de pequeño cañón, se encuentra ubicado en uno de los valles más pequeños de la península de Kamchatka, al este de Rusia; y posee una longitud de apenas 2 kilómetros de largo.
Cada temporada, cuando se derrite la nieve, aparecen cientos de animales muertos. Entre las especies que se han encontrado hay liebres, pájaros, carroñeros, linces, zorros, águilas y osos; lo que demuestra que sin importar el tamaño ni la raza, en esta zona del planeta no sobrevive ninguna especie.
El origen del nombre
El término fue acuñado por el vulcanólogo del Instituto de Vulcanología y Sismología de Rusia, Vladimir Leonov, quien descubrió la zona junto a su ayudante, Deryagin. Ambos científicos visitaron por primera vez el valle el 27 de julio de 1975 y fueron los primeros en hablar sobre la zona en un periódico de Kamchatka. La denominación de “Valle de la Muerte”, hacía referencia a su letalidad comparable a otros valles similares en el resto del mundo.
En dicho artículo, Leonov describía el lugar como tenebroso, donde “parecía que la naturaleza había pronunciado su maldición”, donde “toda la vida se extingue en un lugar que respira exterminio y devastación”. En la actualidad y después de 44 años de su descubrimiento, es un lugar prohibido para los visitantes que acuden a la zona.
El misterio del Valle de la Muerte
Vladinir Leonov fue el primero en dar una hipótesis sobre lo que ocurría en el lugar. El científico argumentó que las muertes se producían por un fenómeno volcánico particular, en el que un gas asfixiaba a todos los animales que lograban ingresar. Esta hipótesis, finalmente fue validada por científicos que lograron estudiar la zona en profundidad.
Sin embargo, al día de hoy no existe una explicación científica sobre por qué los animales muertos, se encuentran situados específicamente en las afueras del valle. No existe una prueba concreta de quién o qué los saca del lugar. Este es uno de los misterios que, todavía hoy, sigue sin resolverse.