Los volcanes han sido por siglos parte del paisaje geológico de la Tierra. Se podría decir que casi en cada rincón del planeta hay uno, ya sea activo, dormido, en formación o en desaparición. Como los gigantes poderosos de los continentes, los volcanes se distribuyen en todos los continentes y océanos como el latido de un planeta vivo.
Dese todos aquellos que se reparten en el mítico Cinturón de Fuego hasta aquellos que viven en soledad en medio de paisajes como la Antártida o bien en lugares muy concurridos como el mismo Yellowstone. Volcanes hay de todos tipos y formas, como el famoso volcán Xico, el que permanece como el ombligo del mundo y se ubica en México.
El volcán Xico es una de las formaciones geológicas más increíbles y grandes en el oriente del Valle de México. Pero a pesar de ello, por mucho tiempo ha pasado desapercibido debido a que admirar su magnífico cráter solo es posible desde las alturas. Ya sea con tomas satelitales, a través de un dron, un avión o helicóptero, esas son las únicas formas de percibir su peculiar inmensidad. Pero es gracias a esta forma perfecta en círculo derivada de las interacciones entre su magma y el volcán que desde la antigüedad se le ha conocido como “el ombligo del mundo”.
Dentro la zona volcánica de Chihunáutzin el anillo de Xico se formó luego de constantes erupciones. En la actualidad es tan solo una especie de roca ígnea volcánica ligera conformada por el nacimiento de cenizas y algunos otros elementos volcánicos que fueron expulsados, además del impresionante fenómeno geológico de las interacciones entre el magma del volcán con el agua del Lago de Chalco.
Se piensa que el volcán Xico data de entre los años 550 a 60 d.C., de hecho su nombre viene de la palabra náhuatl “ombligo”. Incluso antes de la conquista se creó una población al sur de este volcán y cuando los españoles llegaron a la zona le drenaron la oquedad, lo cual lo dejó seco, justamente así como se encuentra hasta el día de hoy.
Su cráter cuenta con aproximadamente 100 metros de altura y 1400 metros de diámetro, lo cual lo hace convertirse en uno de los más grandes volcanes de México, por lo que durante años la población mexicana ha usado la falda del volcán para realizar distintas actividades como caminar, escalar o correr, y recientemente se han comenzado a realizar recorridos en bici en la falda y cráter del volcán.
Xico es la prueba, una vez más, de que hay rincones de la Tierra que no conocemos del todo y que de alguna manera cuentan la historia del planeta. No hace falta viajar a los lugares más espectaculares de la naturaleza o adentrarnos en sitios realmente peligrosos. Basta con mirar a nuestro alrededor para descubrir un poco del desarrollo del planeta y sus maravillosas formaciones.