La Biblioteca Nacional de Francia culminó durante este 2022 su ambiciosa obra de restauración que le costó los últimos 15 años en tareas de renovación. Completada a fines del siglo XIX por el arquitecto Henri Labrouste, la biblioteca se considera una obra maestra del estilo Beaux Arts, con amplias salas de lectura con tragaluces enmarcadas por esbeltas columnas de acero y arcos muy decorativos.
Situada en París, la Biblioteca Nacional de Francia es la biblioteca más importante de Francia y una de las más antiguas del mundo. El estudio francés Bruno Gaudin Architectes ha completado hace pocas semanas un proyecto de 15 años que comprendía tanto la renovación de su edificación, espacios y mobiliario como la apertura del sitio histórico de la rue de Richelieu, incorporando nuevas rutas y espacios públicos.
La culminación de las obras de restauración era un acontecimiento sumamente esperado por el equipo a cargo de la gestión de la Biblioteca. A fines del siglo XX la biblioteca se había vuelto en gran parte obsoleta, y sus principales colecciones se trasladaron al sitio de la biblioteca François-Mitterrand, completado por Dominique Perrault en 1995. Tras una extensa remodelación, según han indicado, en la Biblioteca Nacional de Francia ahora se albergan salas de lectura, al igual que ocurrió con la Biblioteca del Instituto Nacional de Historia del Arte y la Biblioteca de la École Nationale des Chartes.
“Después de 15 años de trabajo, hemos devuelto un edificio que se ha transformado profundamente para enfrentar los desafíos contemporáneos de acoger al público, abrirlo a la ciudad y compartir e intercambiar con las generaciones más jóvenes”, expresó Bruno Gaudin Architectes.
¿Cómo se realizaron las obras durante estos 15 años? Para mantener abierta la biblioteca mientras se llevaban a cabo las tareas de restauración y renovación, el trabajo se dividió en dos fases: la primera fase del proyecto se completó en 2016 y se centró en reconfigurar la circulación en el frente del edificio a lo largo de la rue Richelieu.
Por su parte, la segunda fase -recientemente completada- ha consistido en crear una entrada completamente nueva y un patio ajardinado a lo largo de la rue Vivienne, transformando lo que antes eran las fachadas traseras del edificio en una nueva fachada abierta. En esta etapa se ha introducido una imponente escalera de caracol revestida de aluminio como entrada al espacio cultural.
En lo que respecta al interior de la Biblioteca Nacional de Francia, cuenta con su Sala Oval, en donde se contiene la única sala de lectura de libre acceso de la biblioteca, que se ha actualizado con nuevas estanterías y accesorios de iluminación con espejos informados por su forma curva que refleja las pilas de libros circundantes; y su Sala Labrouste, que fue objeto de un proyecto de restauración más convencional completado por el arquitecto jefe de Monumentos Históricos, Jean-François Lagneau.
Como si no fuera suficiente belleza, en el primer piso, el este y el oeste del sitio han sido conectados por una nueva «galería de vidrio«, un corredor acristalado con piso de vidrio que ofrece vistas a través del techo y conduce a un nuevo espacio del museo y al departamento de monedas. medallas y antigüedades. En paralelo, las áreas internas incluyen áreas de almacenamiento de archivos recientemente creadas y restauradas, así como espacios amplios y aireados para el personal en el ático de la biblioteca.