Según ha declarado este martes 7 de marzo en rueda de prensa una funcionaria del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), agencia de la ONU, los daños causados por el devastador terremoto en Turquía que tuvo lugar el pasado 6 de febrero superarán los 100.000 millones de dólares.
Desde la fecha de lo ocurrido hasta hoy, se han registrado al menos 43.550 muertes y 108.000 heridos en 10 provincias de Turquía. Al menos 13,5 millones de personas y 4 millones de edificios se han visto afectados, y miles de residentes quedaron atrapados bajo los escombros cuando los edificios se derrumbaron. El terremoto también provocó amplias fisuras en las carreteras.
Se trata del terremoto más mortífero y fuerte en Turquía desde el ocurrido en Erzincan en 1939 también de la misma magnitud (Mw 7.8) junto con el cual es el segundo más fuerte en la historia del país después del de Anatolia del Norte en 1668. «De los cálculos realizados hasta la fecha se desprende claramente que la cifra de daños presentada por el Gobierno y apoyada por los socios internacionales superará los 100.000 millones de dólares«, declaró Louisa Vinton, del PNUD, por videoconferencia desde Gaziantep.
Esta cifra provisional servirá de base para la conferencia de donantes que se celebrará el próximo 16 de marzo en Bruselas (Bélgica) con el fin de movilizar fondos para las víctimas del terremoto en Turquía y Siria.
Cabe destacar que, a un mes de la tragedia, aún se registran miles y miles de personas en situación de calle: sobrevivientes siguen sin techo luego de que el fenómeno climático destruyera por completo edificios y construcciones urbanas y la ayuda para recomponerse de tal situación se demora más de lo deseado.
Según los últimos datos, dos millones de personas en Turquía y Siria han perdido su hogar y viven en campamentos. Entre los desplazados, al menos 850.000 son niños. Organizaciones sin fines de lucro de todo el mundo se encuentran cooperando con esta particular situación: como ser, las delegaciones de Cáritas se encuentran trabajando en las zonas afectadas por el terremoto y en las principales ciudades de Turquía para encontrar alojamiento a los ciudadanos perjudicados.
