Argentina, un país conocido por su belleza natural y paisajes icónicos como la imponente cordillera de los Andes, las extensas llanuras de la Pampa y las majestuosas Cataratas del Iguazú. Sin embargo, más allá de sus destinos turísticos populares, Argentina alberga numerosos rincones que permanecen en gran medida desconocidos para muchos viajeros. Estos lugares escondidos, alejados de las rutas turísticas convencionales, guardan secretos y encantos únicos que esperan ser descubiertos. En esta nota, te invitamos a explorar tres destinos poco conocidos de Argentina, donde la magia y la sorpresa se entrelazan para cautivar a quienes se aventuren a explorarlos. Prepárate para sumergirte en un viaje lleno de maravillas ocultas y paisajes cautivadores en esta tierra de contrastes y belleza indomable.
Argentina, un vasto territorio lleno de sorpresas, es conocido por sus destinos turísticos icónicos y su diversidad natural. Sin embargo, más allá de los lugares emblemáticos, existen joyas ocultas que esperan ser descubiertas por los viajeros más intrépidos. Entre ellas, destacan tres lugares poco conocidos pero absolutamente deslumbrantes: el Río Motoco, las Serranías de Hornocal y las Termas del Sosneado.
Situadas a unos 25 kilómetros de la encantadora ciudad de Humahuaca, en la provincia de Jujuy, se encuentran las impresionantes Serranías de Hornocal. Este accidente geográfico único en su tipo se alza majestuosamente a una altura de 4761 metros sobre el nivel del mar, regalando a los visitantes un paisaje de ensueño que parece sacado de otro planeta.
Lo que hace que las Serranías de Hornocal sean tan excepcionales es su extraordinaria paleta de colores. Conocido como «el cerro de los 14 colores«, este lugar deslumbra con una amplia variedad de tonalidades que van desde los cálidos ocres y amarillos hasta los intensos rojos, pasando por una gama de matices terrosos. Estos colores vibrantes se deben a la presencia de minerales como el hierro, el cobre y el azufre que se encuentran en la composición de las rocas circundantes.
A medida que te acercas a las Serranías de Hornocal, te sumerges en un espectáculo visual cautivador. Los estratos rocosos, erosionados a lo largo de millones de años, han creado formas sinuosas y contornos que parecen dibujados por la mano de un artista. El juego de luces y sombras sobre los picos de las montañas intensifica aún más la belleza de este lugar mágico.
Explorar las Serranías de Hornocal es adentrarse en un universo de colores y texturas, donde la naturaleza despliega su creatividad en cada rincón. Este destino único y poco conocido de Argentina es un verdadero regalo para los sentidos, una invitación a maravillarse ante la grandeza de la Tierra y a contemplar la belleza que se encuentra en lugares inesperados.
Enclavado en la pintoresca localidad de El Bolsón, en la provincia de Río Negro, el Río Motoco emerge como un auténtico paraíso acuático de aguas turquesas y cristalinas. Este río de belleza cautivadora es un verdadero tesoro escondido en medio de la exuberante naturaleza patagónica.
Para llegar al Río Motoco, los visitantes deben atravesar un fascinante recorrido que incluye pasarelas y puentes colgantes, sumergiéndose en un entorno de ensueño. A medida que se avanza, el murmullo del agua y la frescura del ambiente invitan a explorar y dejarse llevar por la serenidad de este rincón natural.
A pesar de que el agua del Río Motoco es notablemente fría, muchos aventureros se animan a sumergirse en sus refrescantes y cristalinas aguas. Para aquellos que prefieren disfrutar de las vistas panorámicas sin mojarse, también existe la opción de realizar un apasionante trekking que parte desde la Pasarela del Río Azul. Esta caminata, de aproximadamente seis a ocho horas, brinda la oportunidad de admirar la belleza del paisaje circundante y maravillarse con cada paso dado.
El Río Motoco, con su espejo de agua turquesa y su entorno natural intacto, invita a los visitantes a desconectarse del bullicio de la vida cotidiana y conectarse con la tranquilidad y la belleza que solo la naturaleza puede ofrecer. Es un destino perfecto para los amantes del senderismo, los buscadores de paz y aquellos que desean sumergirse en un remanso de serenidad y belleza natural en medio de la Patagonia argentina.
Enclavado en el departamento de San Rafael, cerca del nacimiento del majestuoso Río Atuel en la provincia de Mendoza, se encuentra un tesoro olvidado de tiempos pasados: el Hotel Termas El Sosneado. Construido en 1938, este emblemático hotel fue una joya del turismo de lujo en su apogeo durante las décadas del 40 y 50. Sin embargo, su esplendor fue efímero y pronto cerró sus puertas.
A pesar de que el antiguo hotel ya no existe en su forma original, todavía se puede disfrutar de una maravilla natural que persiste en el tiempo: las Termas del Sosneado. Entre las ruinas del hotel, se encuentra un impresionante piletón de piedra y hormigón que alberga aguas termales de un color turquesa deslumbrante. Estas aguas, con todas sus propiedades terapéuticas y relajantes intactas, son un remanente de la grandeza que alguna vez caracterizó a este lugar.
Las Termas del Sosneado se presentan como un rincón mágico y rejuvenecedor en medio de las ruinas, invitando a los visitantes a sumergirse en sus aguas cálidas y revitalizantes. El contraste entre la arquitectura en ruinas y la belleza natural de las termas crea un escenario único y evocador que despierta la imaginación y transporta a aquellos que se aventuran a descubrirlo.
Este lugar encierra historias de un pasado glamoroso y un presente enigmático. Aunque el hotel haya desaparecido, las Termas del Sosneado continúan siendo un atractivo irresistible para los amantes de la naturaleza y aquellos que buscan una experiencia única y rejuvenecedora. Sumergirse en sus aguas, contemplar las ruinas circundantes y dejarse llevar por la serenidad que emana de este lugar, es adentrarse en una experiencia mística y nostálgica que nos conecta con la grandeza de tiempos pasados y la eternidad de la naturaleza.
