El oso hormiguero hoy se abre paso nuevamente en diversos rincones de la provincia argentina donde había desaparecido. De la misma manera que especies como el ocelote, el yaguareté o los guanacos están logrado recuperarse, la estrategia de restauración conocida como rewilding resulta fundamental para recomponer los ecosistemas naturales, una necesidad imperiosa para poder seguir habitando el planeta que conocemos.
El oso hormiguero gigante fue perseguido en muchas zonas de su distribución hasta extinguirlo completamente: con el objetivo de traerlo de vuelta, el gobierno correntino y Fundación Rewilding Argentina comenzaron, en el año 2007, el primer proyecto de reintroducción de esta especie a nivel mundial. Se trata de una nueva generación que seguirá contribuyendo a la recuperación de su especie tras 40 años de extinción en Corrientes.
El oso hormiguero gigante es el más grande de todos los edentados, un grupo demamíferos que incluye además de los osos hormigueros, a los perezosos yarmadillos. La alteración de los ambientes que habitaba también contribuyó a la retracción de la especie. La provincia de Corrientes no fue la excepción y el yurumí (en guaraní “boca chica”) desapareció de todo su territorio hace unos cuarenta a cincuenta años atrás.
Hoy, el oso hormiguero no solo habita en la mayor parte del Iberá sino que ya se la registra en los alrededores de localidades alejadas a cientos de kilómetros como Goya o Empedrado.
Con el objetivo de traerlo de vuelta, el gobierno correntino y Fundación Rewilding Argentina comenzaron, en el año 2007, un proyecto de reintroducción en los Esteros del Iberá. Este era el primero de una serie de proyectos de reintroducción que fueron planteados para devolverle a los ecosistemas del Iberá y Corrientes sus especies desaparecidas y, con ellas, la funcionalidad y salud perdidas.
El del oso hormiguero gigante fue además el primer proyecto de reintroducción de esta especie a nivel mundial. Traerlo de vuelta implicó realizar acciones que nunca antes se habían llevado adelante: manejar animales en cuarentenas y corrales de presuelta, transportar individuos desde otras provincias argentinas, monitorear intensivamente a los osos liberados utilizando telemetría y brindarles alimento hasta que
pudieran encontrarlo por sus propios medios, entre otras.
El trabajo se inició con la colaboración de numerosas organizaciones, gobiernos de distintas provincias de Argentina e investigadores argentinos y de otras partes del mundo, dando lugar a uno de los proyectos de reintroducción de especies más exitosos, reconocido incluso por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
Los animales liberados en Iberá en el marco de este proyecto son mayormente huérfanos rescatados por los gobiernos de otras provincias del norte argentino, como Chaco, Formosa, Santiago del Estero, Salta y Jujuy. Lamentablemente, los osos hormigueros siguen siendo cazados en algunas regiones argentinas, incluso hembras que llevan a sus crías en el lomo, las cuales a veces pueden ser rescatadas.
En paralelo, más de cien de estos ositos rescatados fueron rehabilitados y liberados en Iberá al cumplir el año de edad aproximadamente. Esos huérfanos y algunos adultos dieron origen a la población del humedal correntino. Tras varios años de trabajo y comenzando en el 2007 se generaron poblaciones en cinco sectores: Laguna Iberá, San Alonso, San Nicolás, Carambola y Yerbalito. Sin embargo, los descendientes de los osos liberados han colonizado otros sitios de Iberá e incluso han dispersado y se han establecido en campos ganaderos y forestales vecinos.
El proyecto de reintroducción del oso hormiguero gigante es una historia de éxito para la conservación, como así también para la prosperidad de centenares de familias correntinas que viven en los alrededores de Iberá y desarrollan su economía a partir del turismo de naturaleza basado en la observación de fauna.