Mientras en la mayoría de las regiones del mundo, las ratas están vinculadas con la falta de higiene, la diseminación de enfermedades y la plaga en entornos urbanos; en distintas localidades, son consideradas criaturas de gran importancia a las cuales se les tributa respeto y adoración.
Esta perspectiva ha sido validada por Angelica Ladino, una creadora de contenido, quien ha compartido a través de un video la experiencia en el Templo de las Ratas Karni Mata, un recinto religioso ubicado en la ciudad india de Deshnoke, donde habita una población de más de 25,000 ratas «consagradas».
“Hay un lugar en el mundo donde tomarte esta leche o beber de esta agua que han bebido las ratas es un acto sagrado”, comienza explicando la joven en el video al presentar el Templo de Karni Mata, reconocido por la notable población de estos roedores que lo puebla (más de 25,000 en número).
Estas criaturas son consideradas como seres sagrados. De acuerdo con la creencia arraigada, estas ratas son interpretadas como manifestaciones de los seguidores de la deidad hindú Karni Mata; precisamente por esta razón, los fervorosos creyentes sostienen que consumir el agua que han compartido es un acto devocional que les procurará fortuna.
“Para ingresar las mujeres se ponen guapas, compran ofrendas en la entrada y familias enteras hacen un viaje larguísimo con tal de llegar a este sitio y presentar sus respetos a la diosa Karni Mata y miles de ratas que habitan aquí”, asegura la creadora de contenido mientras añade que “para algunos hindúes cada una de las ratas en este templo es sagrada pues puede ser la reencarnación de un familiar cercano o lejano y de la descendencia de la diosa”.
Sin embargo, eso no es todo; los seguidores también mantienen la creencia de que si una rata cruza los pies de una persona, es un indicio de prosperidad. Asimismo, avistar entre las miles de ratas negras del templo a una de las 4 o 5 ratas blancas es considerado un augurio positivo.
De hecho, este sitio se ha convertido en una atracción turística. Los devotos del templo se encargan de alimentar y cuidar a las ratas, y siguiendo la misma línea de pensamiento, si alguien accidentalmente pisa a una rata, debe reemplazarla con una estatua de plata u oro. Esta creencia arraigada y la devoción circundante han transformado este templo en un destino que atrae a miles de visitantes cada año, tanto locales como extranjeros, y se le considera una atracción turística singular en el mundo.
