A lo largo de todo el territorio español, abundan los pueblos que se destacan por estar situados en paisajes de ensueño, ya sea en lo alto de una montaña, sobre un valle, enclavados en un acantilado o al borde de una hermosa playa. La geografía de este país nunca deja de sorprendernos, ofreciéndonos una abundancia de lugares que son difíciles de encontrar en cualquier otro rincón del mundo.
Un ejemplo peculiar de esto se encuentra en el municipio asturiano de Cuevas del Agua, en Ribadesella. Este pueblo alberga una singularidad única: su acceso solo es posible a través de una cueva. Esta cueva es conocida como la «Cuevona de Cuevas«, una impresionante cavidad natural cuyo propósito principal es conectar el pueblo con el mundo exterior. Se trata de un túnel en el que la carretera penetra en la montaña, y a lo largo del trayecto, un arroyo acompaña al visitante. Durante el recorrido, se pueden apreciar las asombrosas formaciones geológicas que adornan la cavidad.
Puede afirmarse que este constituye uno de los principales atractivos de Cuevas. A lo largo de un tramo de 300 metros, los conductores quedan maravillados por la inmensidad de las bóvedas que conforman esta cueva. Sin embargo, dado que es la única vía de acceso al pueblo, suele encontrarse bastante concurrida.
En el recorrido, el viajero se encuentra con formaciones calcáreas como estalagmitas, estalactitas o coladas. Algunas de ellas son tan impresionantes que reciben nombres evocativos como «La lengua del diablo» o «Las barbas de Santiago«. La expectación es tal que el lugar cuenta con dos áreas de estacionamiento habilitadas para el mayor disfrute de los turistas. Estos espacios permiten a los visitantes aparcar sus vehículos y explorar a pie toda la cavidad, así como acceder al pueblo.
Más allá de la impresionante Cuevona, el municipio de Cuevas del Agua se sitúa a las orillas del río Sella y a los pies de la montaña, lo que le confiere un encanto especial. Entre su entramado, destacan los numerosos hórreos que enriquecen su paisaje. Además, se enriquece con diversos elementos etnográficos compartidos con los pueblos cercanos de Tresmonte y Xuncu.
Las calles del pueblo conservan la esencia tradicional de las casas asturianas y la arquitectura típica de la región. Si el viajero dispone de tiempo, no puede irse sin recorrer la ruta de los molinos, un sendero que parte del pueblo y que permite observar varios molinos de agua.
Desde Gijón, el trayecto hasta la Cuevona dura aproximadamente 50 minutos por la carretera A-8. Desde Oviedo, el viaje tiene una duración estimada de 1 hora a través de las carreteras A-64 y A-8.
