Desde que el Titanic se hundió tras chocar contra un iceberg en 1912, hemos visto numerosas imágenes del legendario transatlántico descansando en el fondo del océano Atlántico Norte. Sin embargo, nuevas fotografías tomadas durante este verano muestran un cambio drástico en su aspecto, reflejando el inevitable deterioro de la histórica embarcación.
La última expedición de RMS Titanic Inc., una empresa estadounidense que posee los derechos de salvamento del naufragio, reveló una pérdida significativa: una sección de la barandilla que rodeaba la cubierta superior, anteriormente intacta, se ha desprendido. Esta parte, que mide 4,5 metros de largo, ahora descansa en el fondo del mar, justo debajo de donde estaba originalmente.
El deterioro del Titanic no es una sorpresa, pero la evidencia reciente refuerza la urgencia de la misión de preservar y documentar lo que queda antes de que desaparezca por completo. “Estamos entristecidos por esta pérdida y el inevitable deterioro del barco y sus escombros”, expresó la compañía en un comunicado. Durante las próximas semanas y meses, se realizará una revisión más exhaustiva del estado del Titanic y sus cambios a lo largo del tiempo.
La expedición de julio, la novena de la compañía desde su primera visita al naufragio en 1987, contó con la participación de expertos en imágenes oceánicas, oceanógrafos, científicos e historiadores. Juntos, capturaron nuevas imágenes del naufragio, revisaron su condición, identificaron artefactos y áreas en riesgo, y contribuyeron a los esfuerzos de conservación en curso. Se tomaron más de dos millones de fotografías, y el equipo buscó numerosos artefactos, lo que resultó en un descubrimiento apasionante.
En el último día de la expedición, el equipo encontró y fotografió una estatua de bronce de 60 centímetros de Diana, la diosa romana de la naturaleza y la caza. Esta estatua alguna vez estuvo sobre la repisa de la chimenea como pieza central del salón de primera clase del Titanic, pero fue arrancada y arrojada al campo de escombros durante el naufragio. Aunque había sido fotografiada en una expedición en 1986, no se había vuelto a localizar hasta esta última expedición debido al secreto que rodea el naufragio del Titanic.
Gran parte del arte que decoraba los pasillos y habitaciones del barco se ha descompuesto después de décadas sumergido en el ambiente hostil del océano. Sin embargo, la estatua de Diana sigue en posición vertical entre los kilómetros de escombros, representando una reliquia atemporal que ha sido redescubierta gracias a la expedición de 2024.
A medida que el legendario naufragio desaparece lentamente, los científicos y conservadores se apresuran a preservar su historia. En 2019, las imágenes de una serie de expediciones realizadas por un equipo de exploración de Triton Submarines revelaron los efectos de la corrosión de la sal, las bacterias que devoran metales y la acción de las corrientes profundas, que contribuyen a la descomposición del barco.
El Titanic, que una vez fue un símbolo de grandeza y tragedia, continúa su viaje hacia la desaparición, mientras el mundo observa y documenta los últimos vestigios de uno de los capítulos más icónicos de la historia marítima.
