Un edificio de apartamentos de 21 pisos en construcción se desplomó el lunes en Lagos, la ciudad más grande de Nigeria, dejando a decenas de trabajadores atrapados bajo los escombros. El incidente tuvo lugar en el área exclusiva de Ikoyi, donde el rascacielos llevaba aproximadamente dos años en construcción.
Eric Tetteh, un trabajador de la construcción de 41 años, relató el momento del derrumbe: «Mi hermano y yo escapamos, pero hay más gente, más de 100 personas», dijo. La tragedia ocurrió mientras el equipo de construcción esperaba la llegada de una excavadora.
El vicegobernador de Lagos, Obafemi Hamzat, fue recibido en el lugar por una multitud de jóvenes enojados que criticaron a las autoridades por no iniciar las labores de rescate de inmediato. «Durante las últimas dos horas nadie ha venido aquí», gritó un trabajador frustrado, evidenciando la desesperación de los presentes.
Las labores de rescate finalmente se activaron cuando la Agencia de Manejo de Emergencias del Estado de Lagos desplegó equipos especializados y maquinaria pesada para remover los escombros. Sin embargo, este tipo de colapsos son frecuentes en Lagos, donde la falta de control en las regulaciones de construcción y la mala calidad de las edificaciones privadas generan un alto riesgo. La demanda creciente de viviendas en la megaciudad impulsa a los constructores a realizar obras con estándares deficientes.
Este no es un caso aislado. Lagos ha sido escenario de múltiples derrumbes en los últimos años. En octubre de 2020, otro edificio en construcción colapsó en Ikoyi, matando a ocho personas. Y en 2014, una tragedia aún mayor se vivió cuando 116 personas murieron tras el colapso de un edificio de seis pisos relacionado con el predicador Joshua TB, quien utilizaba la estructura de forma ilegal.
Lagos, una ciudad en crecimiento constante, sigue enfrentando el desafío de mejorar la seguridad de sus edificaciones para evitar más pérdidas humanas debido a fallos estructurales.
