La icónica ciudad de Florencia, conocida por su incomparable riqueza cultural y arquitectónica, ha decidido actuar frente al impacto negativo del turismo masivo. En un esfuerzo por proteger la calidad de vida de sus residentes y preservar su patrimonio, la ciudad italiana ha implementado nuevas restricciones dirigidas principalmente a los alquileres a corto plazo y a los guías turísticos.
Entre las medidas destaca la prohibición de las cajas para llaves utilizadas por propietarios de alojamientos turísticos, así como de los altavoces empleados por guías en los tours. Estas restricciones buscan abordar las quejas crecientes de los habitantes, quienes han señalado que el aumento de visitantes es insostenible y los ha obligado, en muchos casos, a abandonar sus hogares.
El ayuntamiento de Florencia explicó en un comunicado que el objetivo es mantener una ciudad “viva y única” para quienes la visitan, pero sobre todo para quienes la habitan. “La ciudad ya no puede soportar, sin debilitar su valor patrimonial y comprometer su habitabilidad, una presencia tan masiva de actividades y medios turísticos concentrados en apenas cinco kilómetros cuadrados,” señaló el informe oficial.
Entre enero y septiembre de 2024, más de 7,8 millones de turistas visitaron Florencia, un número que pone a prueba la capacidad de la ciudad para gestionar su afluencia. Estas medidas buscan equilibrar la balanza entre el atractivo turístico y la necesidad de proteger la calidad de vida de sus ciudadanos.
Con estas acciones, Florencia se suma a la lista de destinos que están enfrentando el reto de encontrar soluciones sostenibles al sobreturismo, un problema que afecta a varias ciudades del mundo.