El pasado 4 de julio, un asombroso timelapse captó cómo el río Llano en Kingsland, Texas, se desbordó a una velocidad impresionante, cubriendo por completo una carretera elevada en apenas diez minutos. Según las imágenes, a las 17:14:30, las primeras crecidas comenzaron a inundar la vía.
Las inundaciones sacudieron con fuerza la región del centro de Texas durante el fin de semana del Día de la Independencia. En el condado de Kerr y zonas aledañas, el desbordamiento del río Guadalupe provocó al menos 82 muertes —incluyendo 28 niños— y unas 40 personas permanecen desaparecidas.
El desastre afectó especialmente a Camp Mystic, un campamento de verano en Kerrville con alrededor de 750 asistentes, donde las crecidas repentinamente invadieron cabañas, atrapando a niños que dormían. En un par de cabañas, el agua avanzó “como un inodoro”; muchas niñas fueron evacuadas por helicópteros bajo condiciones extremas.
Según reportes oficiales, el nivel del Guadalupe subió casi ocho metros en sólo 45 minutos —una altura superior a la de un edificio de dos pisos— y cayeron entre 130 y 280 mm de lluvia en pocas horas. Las autoridades advirtieron sobre nuevas amenazas de lluvias intensas, lo que complica las tareas de rescate y rehabilitación.
En respuesta a la tragedia, el gobernador Greg Abbott lanzó una alerta y ordenó evacuaciones, mientras el presidente Trump declaró estado de emergencia y movilizó ayuda federal vía FEMA. Las labores de rescate incluyen helicópteros, botes y perros, y la comunidad ha intensificado los esfuerzos para apoyar a los afectados
