Un vuelo de Air France entre París y Pointe-à-Pitre, Guadeloupe, vivió un incidente insólito que causó horas de retraso para sus pasajeros: el avión tuvo que regresar a París porque un pasajero perdió su teléfono móvil a bordo.
El hecho ocurrió el 21 de marzo, aproximadamente una hora después del despegue. A pesar de la colaboración de la tripulación y de los pasajeros para buscar el dispositivo, este no apareció durante el vuelo, lo que llevó a la aeronave a dar la vuelta como medida de precaución. Dos horas después de haber partido, el avión aterrizó nuevamente en París, donde personal de tierra realizó una búsqueda exhaustiva y finalmente localizó el teléfono. Posteriormente, el vuelo retomó su camino hacia Guadeloupe.
Air France no explicó oficialmente por qué la pérdida de un celular requería el retorno del avión, pero expertos especulan que la preocupación estaba relacionada con la batería de litio del dispositivo, que puede sobrecalentarse y provocar incendios en vuelo. Entre 2006 y 2025, la FAA registró más de 600 incidentes verificados relacionados con baterías de litio en aeronaves.
Además de los celulares, otros aparatos como laptops, vapes y cargadores portátiles contienen baterías de este tipo, lo que ha llevado a varias aerolíneas asiáticas a establecer reglas más estrictas sobre su transporte y uso durante los vuelos, incluyendo mantenerlos en compartimentos superiores y no cargarlos mientras se está a bordo.
Según la experta en diseño aeroespacial Sonya Brown, las baterías de litio pueden actuar tanto como fuente de ignición como combustible en caso de incendio, y los riesgos aumentan si están dañadas, hinchadas o sobrecalentadas.
El episodio del vuelo AR1266 se suma a la lista de situaciones poco habituales que muestran cómo incluso un pequeño objeto perdido puede alterar significativamente la operación de un avión y generar retrasos considerables para todos los pasajeros.
