La ciudad alsaciana de Mulhouse, en el departamento de Alto Rin, se transforma cada año en un escenario mágico para celebrar la Navidad. Con fachadas de colores, esculturas, juegos de luces y dulces típicos, su mercadillo navideño es considerado uno de los más elegantes de Francia y lleva más de ocho siglos consolidando una tradición que atrae a miles de visitantes.

Uno de sus mayores atractivos es que cada año Mulhouse crea un diseño textil exclusivo para la Navidad, inspirado en la rica herencia de la ciudad como capital de la estampación textil. En esta edición, la diseñadora Marie-Jo Gebel tomó como referencia cinco piezas históricas del Musée de l’Impression sur Étoffes, institución que además albergará el recinto temático bajo la idea de un “bosque encantado”.
El mercadillo ofrece actividades para todas las edades. Entre ellas destacan el trenecito navideño, que recorre la nueva zona peatonal desde el 22 de noviembre hasta el 27 de diciembre, y los tours guiados al anochecer, donde las calles iluminadas, el aroma a canela y el vino caliente envuelven a los visitantes en un ambiente de cuento.
La gastronomía también ocupa un lugar central: el Museo Histórico organiza una exhibición de gofreras originales del siglo XVI y ofrece degustaciones de gofres tradicionales, junto con una muestra de objetos que narran la vida en la ciudad a lo largo de su historia.

Como broche de oro, el espectáculo de video mapping en la fachada de la Sociedad Industrial de Mulhouse se convierte cada noche en un homenaje audiovisual a los ocho siglos de evolución de la ciudad, proyectado de forma gratuita cada quince minutos entre las 17:30 y las 20:30 horas.
Mulhouse no solo ofrece un mercadillo navideño, sino una experiencia completa que combina arte, patrimonio, gastronomía y magia festiva, reafirmándose como uno de los destinos más especiales de Europa para vivir la Navidad.


