La organización Survival International lanzó una advertencia urgente tras detectar un aumento inusual de avistamientos de miembros del pueblo indígena Mascho Piro en distintas zonas de la Amazonía peruana durante los últimos meses. Este fenómeno genera una profunda preocupación, ya que se trata de una de las comunidades indígenas en aislamiento voluntario más numerosas y vulnerables del planeta, que históricamente evita todo tipo de contacto con el mundo exterior.
Según los reportes, estos encuentros se estarían produciendo en áreas cada vez más cercanas a territorios intervenidos por empresas madereras que operan legalmente en la región, con permisos otorgados por el propio gobierno peruano e incluso con certificaciones ambientales que las acreditan como compañías responsables. Sin embargo, organizaciones defensoras de los pueblos originarios cuestionan estas credenciales y denuncian que las actividades extractivas están afectando seriamente el hábitat ancestral de los Mascho Piro.
Uno de los factores más alarmantes es la construcción de más de 200 kilómetros de caminos forestales destinados al transporte de madera. Estas rutas no solo fragmentan la selva, sino que abren el paso a la deforestación, la urbanización informal, el ingreso de colonos, cazadores furtivos y otros actores ilegales, modificando drásticamente un ecosistema del que depende de forma directa la supervivencia de estos pueblos aislados.
La presión sobre el territorio estaría empujando a los Mascho Piro a desplazarse fuera de sus áreas tradicionales, lo que explicaría el aumento de avistamientos. La pérdida de recursos básicos, como animales de caza o frutos silvestres, sumada al ruido constante de las maquinarias, podría estar forzándolos a acercarse involuntariamente a zonas más transitadas por trabajadores.
En este contexto, el pueblo indígena Yine, que vive en comunidades cercanas, ha tenido un rol clave en la observación de la situación. De acuerdo con testimonios recogidos por organizaciones locales, los Yine reportaron haber visto a integrantes Mashco en reiteradas ocasiones y creen que también estos indígenas aislados habrían detectado la presencia de los trabajadores madereros. Sin embargo, afirman que muchos de esos encuentros no fueron reportados oficialmente por los propios obreros por temor a que se ordene la suspensión de las actividades extractivas, lo que sumaría una preocupante falta de transparencia a una situación ya delicada.
El posible contacto entre pueblos aislados y trabajadores externos representa un riesgo sanitario extremo. Los Mascho Piro no cuentan con defensas inmunológicas frente a enfermedades comunes como la gripe o el sarampión, por lo que incluso una interacción mínima podría provocar brotes mortales dentro de la comunidad. La historia de la Amazonía registra numerosos casos en los que el contacto forzado derivó en verdaderas catástrofes humanas.
Desde Survival International insisten en que el Estado peruano debe reforzar la protección efectiva de los territorios indígenas, suspender concesiones extractivas cercanas a zonas de aislamiento voluntario y garantizar que las certificaciones ambientales no sean simples formalidades sin impacto real en el cuidado de la vida humana y de la selva.
“La presencia cada vez más frecuente de los Mascho Piro fuera de su territorio habitual es una señal de alarma”, señalaron desde la organización. “Lo que estamos viendo podría ser una respuesta desesperada a la invasión de su espacio vital”.
Mientras tanto, las imágenes y registros de estos avistamientos siguen encendiendo las alertas a nivel internacional. Especialistas coinciden en que el caso de los Mascho Piro refleja una problemática más amplia: la tensión permanente entre el avance de industrias extractivas y el derecho de los pueblos originarios a vivir en aislamiento, según su elección, sin que su existencia se vea amenazada por intereses económicos externos.
