Unos albañiles estaban trabajando en el edificio Converse de Valdosta, Georgia, cuando al abrir una pared se encontraron con una gran sorpresa: 1.000 dientes humanos. Un poco asustados, y sin saber que hacer, contaron lo que les había pasado, ya que no sabían de qué se trataba.
Resulta que el edificio fue una vez el hogar del consultorio de un dentista a principios de 1900, lo que, si bien no es una explicación clara, debería mitigar el temor de que haya un asesino en serie escondiendo los dientes en las paredes de los edificios.
No está del todo claro por qué el hombre escondió los dientes en ese lugar, pero esta no es realmente la primera vez que se encuentran pilas de dientes humanos en las paredes de los antiguos consultorios dentales de la zona. Se han encontrado depósitos en las paredes de los edificios donde los dentistas trabajaban en las ciudades cercanas de Greensboro y Carrolton.
Algunos, como el escritor de Gizmodo Adam Clark Estes, especulan que cuando estas antiguas prácticas dentales se hacían, no había una forma adecuada de deshacerse de los desechos médicos como los dientes extraídos, por lo que ponerlos en la pared puede parecer la forma más segura de mantener las bacterias.