El objetivo de estos nuevos profesionales consiste en buscar detener los daños y destrozos que dejan los turistas que, maravillados por el atractivo del buceo, pueden poner en peligro al ecosistema.
De hecho, estudios afirman que frente a la destrucción de arrecifes, se menciona y adjudica la influencia del turismo entre las principales razones. Buceadores principiantes y descuidados que tocan y pisan las superficies, sumado a la contaminación de las aguas por encontrarse en zonas de alta concentración turística, han afectado a la supervivencia de estos espacios.
La medida de incorporar ‘jardineros de corales‘ bien puede contemplarse dentro de la toma de decisiones por practicar un turismo más ecológico y responsable en un destino que durante los últimos años se ha potenciado a inesperadas y grandes escalas. A raíz de este escenario, las aguas que rodean Koh Phi Phi, en Tailandia, se caracterizan por la presencia constante de cientos de barcos que trasladan grandes cantidades de buceadores, quienes por lo general son turistas principiantes en esta actividad de aventura.
Acompañados de máscaras de snorkel, se sumergen en el agua y siguen al guía que los orienta en el recorrido debajo del mar. En el transcurso de este trayecto, los buceadores pueden observar también que el suelo de los arrecifes se encuentra blanco, lo cual lamentablemente indica que los corales han muerto o están en un deterioro avanzado ya que apenas es posible apreciar algunos peces. Otro factor determinante y también causante de la problemática tiene que ver con el aumento en la temperatura de las aguas.
En Koh Lanta, una isla ubicada a algunos kilómetros al sur de Koh Phi Phi, los buceadores no sólo observan los corales sino que han puesto en marcha algo mejor y mucho más gratificante: restaurar los arrecifes. Gestos como este deberían de ser un ejemplo para todos los habitantes del planeta, ya que se trata de nuestro hogar en el presente y lo que hará perdurar la vida por el resto de los años. Entonces, si se trata de nuestro hogar, también hay que saber generar las condiciones para que se vuelva un ambiente agradable.
En este caso, no se trata de científicos vinculados a los océanos ni expertos en la conservación marina, en su gran mayoría son apasionados del buceo quienes, en compañía de Anuar Abdullah, oceanógrafo de Malasia, han incorporado técnicas para propagar los arrecifes.
Este oceanógrafo, trasladó el concepto de restauración de bosques tropicales para intentar entender cómo podía encontrar soluciones a la salvación de los arrecifes. Al igual que en la plantación de árboles, los buceadores deben crear un vivero donde los trozos enfermos de coral crecen hasta convertirse en grandes y alcanzar las condiciones necesarias para ser transplantados. Luego de eso, se los colocan en zonas estratégicas. Allí es donde sucede la magia, y el trabajo de la naturaleza generará que los corales crezcan de a poco hasta convertirse en los futuros arrecifes.
La técnica mencionada está siendo planificada y utilizada en los puntos geográficos más sensibles al impacto del hombre en Tailandia. Por ejemplo, en Maya Bay, playa que se vio arrasada de turistas luego del lanzamiento de la película ‘La Playa’ de Leonardo Di Caprio, han forzado el cierre a los visitantes para trabajar en la recuperación de los ecosistemas. Y de hecho, actualmente, se considera pertinente que se limite el número de personas en el lugar.
Decisiones como estas están siendo prioridad en las agendas de los gobiernos en países donde el turismo genera por un lado una actividad económica de gran importancia para el desarrollo de la calidad de vida de la población; como así también se ha vuelto notable el deterioro ocasionado a partir de la sobrepoblación y demanda en los puntos turísticos naturales. Por ejemplo, en las Islas Galápagos, Ecuador, han comenzado a promulgar una serie de acciones como prohibir plásticos y pirotecnia, que buscan conservar la biodiversidad y el cuidado de la flora y fauna del lugar.
