Valery Rozov, una estrella de los deportes extremos, saltó desde la cima del Monte Everest. Convirtiéndose así en la base para saltar más alta del mundo, con 7.220 metros sobre el nivel del mar.
El ascenso comenzó por el lado chino, en la famosa ruta del norte. Le tomó cuatro días poder llegar hasta el punto determinado como el Base Jump. El día de la gran hazaña, saltó a las 14.30 horas en punto, sin importarle las condiciones climáticas ni la temperatura.
Debido a que el acantilado de la parte superior no es muy alto, los momentos iniciales del salto eran la fase más crítica. Rozov necesitaba más tiempo de caída libre que lo normal hasta poder abrir sus alas. Una vez que pudo «volar» lo hizo por un minuto a unos 200 km/h hasta aterrizar en el Glaciar Rongbuk, a unos 5.950 metros sobre el nivel del mar.