Desarrollado específicamente en la localidad de Bowen, en General Alvear, provincia de Mendoza, dos hermanos han decidido poner en práctica un emprendimiento que, hasta el momento, es único en Argentina.
Bajo la premisa de reciclar y reutilizar ciertos materiales en pos de un mayor cuidado del medio ambiente, descubrieron que el papel podría obtener una segunda vida al convertirse en un producto que pueda volver a usarse.
Dagma Miranda es licenciada en Gestión de Negocios y su hermano Matías Miranda es técnico en Gestión Ambiental, ambos encontraron un método muy sencillo para reutilizar el papel sin gran necesidad de implementar uso de maquinaria e infraestructura: convertir el papel en la creación de lápices ecológicos.
Así, «el papel cambia su función: pasa de ser soporte para escribir a envolver el grafito que permite escribir«.
Para llevar a cabo el emprendimiento que apodaron como lápices Suyana, debieron primero abastecerse de todo tipo de papel: ya sea de resmas, de revistas, y principalmente de papel de diarios.
Según han explicado, el producto final obtenido luego de un proceso ecológico y artesanal consiste en un lápiz de 15 centímetros de largo, cuya duración es igual que uno de madera. Además, esta nueva fórmula resulta por demás eficaz, considerando que la para la creación de estos lápices, utilizando una hoja de diario de doble carilla se pueden obtener unas 8 unidades.
¿Cómo surgió esta iniciativa?
El proyecto nació en el año 2018, cuando Matías debía rendir una materia de la tecnicatura de Gestión Ambiental que consistía en producir un servicio o producto a partir del reciclado. Entonces, desde una situación cotidiana se prendió la ‘lamparita’ en su cabeza: “un día estaba mirando cómo dibujaba mi sobrinita y se me ocurrió la idea de hacer un lápiz de papel”, comenta el joven.
A partir de ese momento comenzaron a pensar en el formato de un emprendimiento, al cual bautizaron como “Suyana” (vocablo del idioma Quechua que significa Esperanza), considerando que la misión de esta marca sería generar un cambio en los hábitos y proteger el medioambiente a partir de la creencia y el aprendizaje de adoptar nuevas formas de consumo.
Paso a paso
Para la elaboración de cada lápiz, los hermanos deben cortar primero el papel siguiendo las medidas que necesitan. Luego, el mismo es desinfectado para insertar el grafito con un pegamento. Así es como posteriormente van enrollando la hoja de manera tal que se rodee para obtener la fisonomía de un lápiz.
Finalmente, como se obtiene un producto húmedo a partir del proceso mencionado, dan lugar a la etapa de secado, la cual se realiza al aire libre: “En Mendoza, de los 365 días del año, 300 son soleados por lo que aprovechamos la energía del sol y así el producto es aún más sustentable”, manifiesta Matías.
Además, y en consonancia con su propósito de no generar más residuos, Suyana vende sus lápices sin incorporar packaging al producto. Sin dudas una propuesta que busca generar un gran impacto positivo, replanteando las prácticas y productos que se consumen en sociedad. De hecho, este emprendimiento tiene como proyección a futuro elaborar lápices de colores y montar un lugar propio para la confección de los mismos, de manera tal que también fomentarán el empleo de mano de obra.
2 respuestas
como idea ,como emprendimiento,por sus años jovenes y la salida laboral,y la mano de obra a generar me parece muy buena….interesante actual ….pero y aca viene el pero seguimos destruyendo nuestros bosques y selvas.porque en definitiva la materia prima es el papel…no se si se entiende lo que digo!!!…….todo bien pero es necesario otras ideas mejores que esta que no generen mas daño y /o compromiso ya que una cosa trae la otra y en definitiva nos perjudicamos todos los que habitamos el querido suelo de nuestro bien amado planeta!!!!!!!
Super idea, aunque me gustaria saber en que medida no serian toxicos cuando sabemos que los chicos comen lapiz, se los llevan a la boca todo el tiempo y las manitas quedarian impregnadas de tintas?????. Si esto esta resuelto me parece génial la idea.