En un momento de infarto en lo alto de la icónica Sala B revestida de acero y vidrio de DXB, Dmitry le propuso matrimonio a Anastasiia en un entorno inolvidable: a una altura de 39,5 metros con vistas incomparables del horizonte de Dubái y un asiento en primera fila de la pista. La iniciativa quedará marcada no solo en la historia de la terminal aeroportuaria de Emiratos Árabes Unidos sino que también resultará icónica para la aviación mundial: se trata de la primera propuesta de matrimonio sobre la azotea para un aeropuerto en el mundo.
En respuesta a una convocatoria abierta de DXB para propuestas de San Valentín, Dmitry y Anastasiia aprovecharon la oportunidad y emergieron como la afortunada pareja elegida para ocupar un lugar central sobre el vestíbulo B de DXB.
Tal como han contado los protagonistas de esta historia, su afortunado «viaje» comenzó en una fortuita víspera de Año Nuevo en Dubai, con Anastasiia de visita como turista. Al conocer a Dmitry en un restaurante, se enamoraron casi al instante y Anastasiia perdió intencionalmente su vuelo de regreso a Rusia y decidió quedarse con Dmitry. Ahora, su lindo encuentro alcanza su punto máximo el Día de San Valentín.
Desde el entorno exclusivo hasta la propuesta sorpresa, DXB no escatimó esfuerzos para garantizar que la historia de amor de Dmitry y Anastasiia despegara. Su ‘¡Sí!’ fue solo el comienzo de su viaje que incluyó una estadía de un día en una suite decorada, cortesía del Hotel DXB.
Esta propuesta personifica los esfuerzos de colaboración de todas las entidades de la comunidad DXB, mostrando el espíritu de trabajo en equipo desde la conceptualización de la idea hasta su realización.
Michelle Lee, vicepresidenta de marca y comunicaciones de los aeropuertos de Dubai, expresó a través de un comunicado: “En DXB, estamos comprometidos a brindarles a nuestros huéspedes experiencias memorables y, al ser la primera vez que alguien se propone matrimonio en la azotea de un aeropuerto, queríamos mostrarlo a través de nuestros galardonados canales de redes sociales. Estamos encantados de haber sido parte de su historia (¡y de que Anastasiia haya dicho que sí!).
