Parecía algo imposible de creer considerando las dramáticas imágenes que nos supieron llegar desde Europa semanas antes de que la gran mayoría de los países de América registraran sus primeros casos de contagios positivos.
En eso, quizás los países que nos encontramos al otro lado del charco tomábamos como ventaja. Pero, evidentemente, ni el poder de anticipación y una propicia gestión de la prevención fueron suficientes para evitar que América superara a Europa en un total de casos positivos de Covid-19.
Al menos así lo han indicado las estadísticas de la Organización Mundial de la Salud (OMS), al difundir que América llegó a 1,74 millones de contagiados. Desafortunadamente, o bien consecuencia de la falta de prevención, Estados Unidos se posicionó como el país epicentro de la enfermedad en el continente, con más del 70% de los casos localizados en la región.
Por su parte, hasta el momento, en el viejo continente han registrado 1,73 millones casos positivos. Si bien las cifras se encuentran relativamente cercanas, estiman que mientras en Europa la cantidad de casos y consecuentes fallecimientos va descendiendo, en América el pico de contagiados va en aumento, por lo que es muy probable que la distancia de casos entre un continente y otro sea cada vez mayor.
Como mencionábamos anteriormente, tan sólo a mediados de febrero, Europa era considerado como el “epicentro” de la epidemia, según palabras del propio director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus. Con el paso de las semanas, el mayor número de casos se ha registrado en países como Estados Unidos, Brasil, México, Perú, Canadá, con lo cual América revirtió el orden de zonas afectadas.
Hasta el momento, Estados Unidos ha registrado un total aproximado de 1,3 millones de casos positivos, Brasil ha identificado al menos 169.000 casos, y Canadá supera a los 70.000 contagiados. En cuanto a fallecimientos, Estados Unidos alcanzó los 80.000 fallecidos, Brasil 11.000 y se registraron casi 5.000 víctimas de Covid-19 en Canadá.
Sin dudas, de por sí se trata de un escenario preocupante, considerando que aún muchos de los países de América no han entrado en su fase de alerta por mayores registros de casos positivos.
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