Brasil convertirá en museo la casa de la película «Ainda estou aquí», el primer Oscar de su historia como Mejor Película Internacional (estrenada en 2024) entregado recientemente en la edición número 97 de los premios organizados por la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas. El país carioca celebró por lo alto la victoria de este film -casi como si se tratase de un mundial de fútbol- y ahora las autoridades trabajarán para posicionar la historia y el cine brasileño como un atractivo cultural y turístico más.
Tras la victoria de «Ainda Estou Aqui» en los Oscars 2025 a la Mejor Película Internacional, el alcalde de Río de Janeiro, Eduardo Paes, ha anunciado que la Prefeitura de la ciudad comprará la propiedad que fue escenario de la casa de la familia Paiva para transformar el inmueble en una atracción turística de la ciudad, y la bautizará como «Casa do Cinema Brasileiro».



«Se publicará en el Boletín Oficial Extra de la Prefeitura de Río que hemos decidido comprar y transformar la propiedad de la película ´Ainda Estou Aqui´ en la Casa do Cinema Brasileiro. Vamos a hacer público y abierto a los visitantes el espacio que trajo a Brasil su primer Oscar en casi 100 años«, precisó el funcionario hace unos días en su cuenta de X.
«Haremos de la casa donde se rodó la película un lugar de memoria permanente de la historia de Eunice Paiva y su familia, de la democracia y también un homenaje a las dos grandes mujeres que enorgullecieron y dieron vida a Brasil: Fernanda Torres y Fernanda Montenegro», concluyó.
«Ainda estou aquí»
Dirigida por Walter Salles, ‘I’m Still Here’ o ‘Aún estoy aquí’ en español, es un filme que ofrece un recorrido por la historia de la dictadura militar en Brasil. Está protagonizada por Fernanda Torres y Fernanda Montenegro, interpretando ambas el personaje de Eunice Paiva en sendas épocas.

En los cines brasileños su estrenó oficial fue el 7 de noviembre de 2024. Posteriormente, se convirtió en un éxito de taquilla, tomando y manteniéndose a la cabeza de la taquilla nacional, con ingresos de más de 62,9 millones de reales y más de 3 millones de espectadores.
Según ha trascendido, en diciembre, un mes después del estreno de la película, el gobierno brasileño permitió a las familias de las víctimas de la era de la dictadura obtener nuevos certificados de defunción que reconocen los asesinatos patrocinados por el estado.
Situado en la esquina de la Avenida João Luiz Alves y la Rua Roquete Pinto, en el barrio de Urca, en la zona sur de Río, ya la propiedad se había convertido en una atracción turística entre quienes visitaban la zona, muy próxima al teleférico del Pan de Azucar. El inmueble estuvo alquilado durante un año y medio para la producción y recientemente se puso a la venta por 13,9 millones de reales.
Ciudades como São Paulo y Río de Janeiro sirvieron como escenarios para el rodaje, y los viajeros pueden visitar lugares históricos como el Memorial da Resistência, el icónico barrio de Santa Teresa en Río o la ya reconocida casa en la que se recreó el hogar de la familia Paiva, muy cercana a las playas de Río, que es ya parada obligatoria de los fans de la película.