Una disminución alarmante en los viajes entre Estados Unidos y Canadá ✈️
Una reciente caída del 70% en los viajes entre Estados Unidos y Canadá ha llamado poderosamente la atención, no solo por su impacto económico y social, sino también por sus implicaciones climáticas. De acuerdo con un informe publicado por Forbes, esta baja en la actividad turística no puede analizarse únicamente desde una perspectiva geopolítica. Detener la movilidad transfronteriza entre estas dos naciones tiene también efectos inesperados en la lucha contra el cambio climático.
Causas de la caída en los viajes entre EE.UU. y Canadá
Diversos factores han contribuido a esta preocupante caída en la conectividad entre los vecinos norteamericanos. Entre las principales causas se encuentran:
- Efectos geopolíticos: Tensiones diplomáticas, políticas migratorias más estrictas y mayor control fronterizo han dificultado el tránsito habitual entre países.
- Incremento en costos de transporte: Las tarifas aéreas y los precios de los combustibles han subido, haciendo que los viajes sean menos accesibles.
- Cambios post-pandemia: Tras la pandemia del COVID-19, las prioridades de viaje han cambiado y el turismo internacional aún no se ha recuperado del todo.
- Reducción de servicios: Algunas aerolíneas han recortado rutas menos rentables entre ambos países, afectando especialmente a ciudades pequeñas y regiones limítrofes.
Estos factores no solo han reducido el número de viajes, sino que han creado nuevas barreras para una movilidad sustentable entre Estados Unidos y Canadá.
Impacto climático: menos viajes no significa menos emisiones 🌍
Podría parecer una buena noticia que haya menos vuelos y automóviles circulando entre ambos países. Pero lo cierto es que esta caída en conectividad puede representar un retroceso para las soluciones climáticas colaborativas.
Acción climática transfronteriza en riesgo
Durante décadas, Estados Unidos y Canadá han colaborado en iniciativas binacionales de acción climática, desde el control de emisiones industriales hasta la conservación de ecosistemas conjuntos como los Grandes Lagos.
Cuando disminuye la movilidad fronteriza, también se ve afectada la posibilidad de encuentros diplomáticos, intercambios tecnológicos y proyectos conjuntos sobre energías renovables. Un ejemplo clave es la cooperación sobre la restauración de los Grandes Lagos, un ecosistema compartido que requiere esfuerzos coordinados para su protección.
Desplazamientos públicos vs. privados: una evaluación importante
Uno de los aspectos más preocupantes de esta caída en los viajes es la tasa a la que se ha visto afectado el uso de transporte público transfronterizo. Autobuses, trenes y vuelos comerciales operaban de forma relativamente eficiente, especialmente con tecnologías más limpias y normativas ambientales en ambos países.
Al reducirse estas opciones de transporte compartido, se observa un progresivo reemplazo por vehículos particulares —una alternativa que suele tener mayor huella de carbono por pasajero. De hecho, estudios han indicado que el cambio hacia modos de transporte menos eficientes puede generar un aumento global de emisiones.
Turismo con propósito: un modelo en peligro 🧳
La caída del 70% en los viajes representa también un retroceso para el turismo sostenible. En Intriper hemos hablado anteriormente sobre la importancia de viajar con conciencia ambiental, promoviendo el consumo local, el respeto por la biodiversidad y la reducción de emisiones. (Ver el artículo: Cómo viajar de forma sostenible y reducir tu huella de carbono).
Muchos de estos principios se estaban implementando en rutas entre EE.UU. y Canadá, especialmente en parques nacionales, áreas naturales protegidas y experiencias de turismo ecológico a ambos lados de la frontera.
Menos turistas, más presión local
El declive del turismo internacional también puede tener un efecto contraproducente sobre áreas naturales sensibles. Por increíble que parezca, algunos parques suelen depender de ingresos de visitantes para financiar programas de restauración y vigilancia ambiental. Menos turistas significan menos recursos para proteger estos espacios.
Hacia una nueva movilidad verde entre naciones 🌱
La crisis que exacerba la caída del turismo entre EE.UU. y Canadá también puede verse como una oportunidad de construir una red de movilidad más resiliente y sostenible. ¿Cómo lograrlo?
Soluciones recomendadas
- Incentivar medios de transporte sostenible: Apostar por trenes eléctricos, rutas ciclistas y transporte público de bajas emisiones entre regiones fronterizas.
- Facilitar trámites migratorios eco-conscientes: Crear programas de «viajeros verdes» que incentiven desplazamientos frecuentes con bajo impacto ambiental.
- Promover el turismo regional ecológico: Articular paquetes turísticos transfronterizos que cumplan criterios de sostenibilidad.
- Inversiones conjuntas en infraestructura verde: Reforzar puentes, estaciones intermodales y puntos de control fronterizo bajo parámetros ambientales.
Además, sería esencial reactivar la diplomacia climática bilateral, con nuevas reuniones y acciones concretas derivadas de tratados ambientales como el Acuerdo de París.
Conclusión: más que un problema de fronteras 🚧, un reto climático compartido
La caída del 70% en los viajes entre Estados Unidos y Canadá es un fenómeno complejo, con repercusiones que van más allá del turismo o la política internacional. Su impacto sobre el clima, la movilidad sostenible y las iniciativas conjuntas de conservación resulta preocupante y requiere ser atendido como parte de una estrategia regional para un futuro más limpio, justo y colaborativo.
Para asegurar un futuro verde, la solución no está en reducir los viajes, sino en transformarlos.
¿Quieres conocer más sobre sostenibilidad en el turismo? 🌿
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