La medida, tomada y comunicada de manera oficial por las autoridades de China, se conoció luego de la reunión del comité de urgencia de la Organización Mundial de la Salud (OMS), y busca frenar la propagación de un virus cuyo primer caso ha sido registrado en la ciudad de Wuhan.
En efecto, se ha indicado que los accesos a la localidad quedarán temporalmente cerrados en su totalidad, incluyendo también los servicios aéreos. También han anunciado la suspensión de servicios de transporte en la zona: no habrá trenes, autobuses ni servicios de metro. El objetivo inicial consiste en evitar la circulación de los habitantes por temor a un incipiente y desmedido efecto contagio de humano a humano.
Cabe mencionar que la población de Wuhan comprende un número total de poco más de once millones de habitantes, allí, más específicamente en la provincia de Hubei se confirmaron durante las últimas jornadas casos que rondan alrededor de 444 personas afectadas por el coronavirus. El número de muertes previamente reportadas en China fue de nueve, todas en la misma provincia.
Ante este escenario no descartan la posible declaración de un estado de emergencia internacional, que podría tener como medidas estrictas la restricción y/o prohibición de viaje a los lugares foco del contagio, además de recomendaciones a terceros países para prevenir una expansión del brote.
La patología mencionada comprende un coronavirus con síntomas tales como fiebre, fatiga, tos seca y en numerosos casos hasta dificultades para respirar. Es capaz de desarrollar una neumonía en aquellas personas que han contraído la enfermedad.
De hecho, en respuesta al alerta que se ha generado ante la posibilidad de un desmedido contagio y brote de la enfermedad, países como el Reino Unido han recomendado que sus habitantes no viajen a la ciudad en China, ya que es el mayor lugar de riesgo considerando que allí se detectó el virus por primera vez. Al mismo tiempo, otros países han tomado medidas de mayor control en los aeropuertos con aquellos vuelos procedentes de Wuhan.
Condenan a tres años de prisión al argentino que dañó y defecó en Machu Picchu
Un tribunal peruano condenó a tres años y cuatro meses de prisión en suspensión al turista argentino que dañó la ciudadela inca de Machu Picchu, según informó ayer el Poder Judicial.
Nahuel Gómez, de 28 años, se declaró culpable en un juicio abreviado y podrá volver a la Argentina una vez que pague una multa de 1.860 dólares por los daños causados al principal atractivo arqueológico y turístico de Perú.
Gómez admitió que él había sido quien extrajo una piedra que al caer desde un muro de seis metros provocó una “hendidura en el piso” del famoso Templo del Sol, dedicado a la mayor deidad de los incas.
Los otros cinco turistas extranjeros detenidos con Gómez el 12 de enero, entre ellos una francesa, otro argentino, un chileno y dos brasileños, fueron deportados el jueves y tienen prohibición de entrar a Perú durante 15 años. Continuar leyendo…
