Los científicos han descubierto no solo una, sino dos ‘ciudades’ submarinas, que han sido construidas por pulpos.
Dado que gran parte de nuestros esfuerzos se centran en explorar el espacio exterior, el océano sigue siendo la parte menos explorada de la Tierra.
Las criaturas que acechan en las profundidades parecen algo de otro planeta, y una nueva investigación ha demostrado que los océanos en la luna de Júpiter podrían ser un fuerte candidato para albergar vida extraterrestre real.
En 2023, a pesar de nuestros avances tecnológicos, el océano sigue siendo tan misterioso e impenetrable como siempre. Así que es a la vez sorprendente y no sorprendente que los científicos ahora hayan encontrado ‘ciudades’ submarinas construidas por uno de los habitantes del océano con aspecto más alienígena: el pulpo.
Hace tiempo que se entiende que los pulpos son animales inteligentes y se cree que tienen aproximadamente la inteligencia de un niño de tres años.
Hay algo en sus formas extrañas y fluidas que captura la imaginación humana, e incluso pueden tener cierta comprensión de la anatomía.
Las imágenes de Blue Planet 2 de la BBC mostraron a un pulpo peleando sucio cuando un tiburón lo agarró, metiendo sus tentáculos en las branquias de los tiburones para escapar en el equivalente marino de un ojo abierto.
Sin embargo, los científicos ahora han encontrado pulpos que parecen manipular su entorno de una manera más permanente que usando herramientas. Jervis Bay, en el este de Australia, es el hogar de dos comunidades de Gloomy Octopus, que se han llamado Octopolis y Octlantis.
Aquí se ha observado que los pulpos viven en madrigueras y madrigueras construidas. Usan cosas como conchas para crear sus moradas, e incluso se ha observado que se expulsan unos a otros de sus guaridas.
El profesor David Scheel dirigió la investigación sobre las comunidades de pulpos y dijo: «Estos comportamientos son producto de la selección natural y pueden ser notablemente similares al comportamiento social complejo de los vertebrados».
No solo eso, sino que las ciudades submarinas de pulpos no tenían ningún elemento humano en su corazón, lo que significa que los pulpos las construyeron ellos mismos.
La coautora del informe, Stephanie Chancellor, observó que las obras de los pulpos «fueron esculpidas aún más para crear guaridas, lo que convirtió a estos pulpos en verdaderos ingenieros ambientales».
Lo que las comunidades de pulpos también ofrecen es la oportunidad para que los científicos observen cómo las extraordinarias criaturas interactúan entre sí. Los biólogos marinos han observado que se comunican e incluso se expulsan entre sí de las guaridas elegidas en el arrecife artificial que han creado.
No es el único caso de pulpos que utilizan su entorno para su beneficio. Se ha visto al pulpo de manta usando tentáculos de medusa separados como látigos venenosos para cazar presas, mientras que los pulpos de coco usan cáscaras de coco y almejas para ocultarse y protegerse.
