Luego de dos años fatales para el turismo mundial, a causa de una pandemia que nadie esperaba, nuevamente ocurre otro imprevisto desafortunado a escala global: el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania.
Si bien es difícil prever un final posible para esta guerra. Algunos expertos del sector, analizan el impacto que puede provocar un enfrentamiento de semejantes magnitudes en Europa. Y a pesar de que los viajes hacia el viejo continente no han sido declarados como peligrosos, es importante conocer qué riesgos y dificultades se ponen en juego para los visitantes.
– Alza de precios del petróleo y el gas
Este encarecimiento impacta directamente al transporte aéreo, cuyos costes dependen siempre en un tercio del combustible. Además, el consumo se incrementará debido al cierre del espacio aéreo ucraniano, por parte del ruso, bielorruso y moldavo. Esto obliga a producir grandes desvíos para reponer gasolina.
Un combustible costoso, implica también un aumento en energía y alimentos, lo que impacta directamente en precios finales de paquetes turísticos y también de hotelería.
– Caída de reservas de vuelos y búsquedas turísticas
Las estadísticas demuestran que los países más afectados, son los que tienen mayor cercanía geográfica con Ucrania y Rusia. Es decir, Bulgaria, Polonia, Croacia y las repúblicas Bálticas. Otros estudios, coinciden en que la mayor caída en las búsquedas de alojamientos turísticos, se concentra en los países cercanos al este de Europa.
– Problemas de conectividad aérea
Cuando Rusia comenzó con su invasión, Ucrania decidió cerrar su espacio aéreo. Algo que también hicieron Moldavia y Bielorrusia. Asimismo, España, Estonia, Rumania, Lituania, Letonia, Reino Unido, Polonia y la República Checa han prohibido el paso de aerolíneas rusas a sus aeropuertos.
Por último, y otro dato fundamental para tener en cuenta a la hora de pensar destinos en Europa; es que países como España, Portugal y Grecia, son ahora considerados “refugios”, dada su ubicación más lejana de la zona de conflicto.
