Estas imágenes hablan por sí solas y son más que suficientes para que miles de viajeros curiosos deseen disfrutar del colorido paisaje de los tulipanes con la imponente Cordillera de los Andes de fondo. Este pintoresco lugar, único en el mundo, no es Holanda sino que está en Latinoamérica, más precisamente en la Patagonia Argentina.
Trevelin, que significa «pueblo del molino» en galés, es la puerta de acceso al Parque Nacional Los Alerces, que reúne en casi 260.000 hectáreas toda la biodiversidad y belleza en un paisaje único. Este pueblo debe su nombre a que allí se instaló el primer molino harinero de la región, hace ya muchos años.
Las plantaciones de tulipanes se ven desde la ruta 259, en las afueras de Trevelin y a poco más de 40 kilómetros de Esquel.
El cultivo de tulipanes
En este lugar se cultivan 27 especies de tulipanes de varios colores y combinaciones, algunos de doble flor y hasta la variedad negra, que se convirtió en la más codiciada. El cultivo, por parte de estos emprendedores, se inició en 1997, sembrando semillas traídas especialmente desde Holanda.
Sembrados en mayo, los tulipanes florecen en octubre y ofrecen mágicas postales de la Cordillera patagónica. Más tarde, en el mes de enero, se cosechan los bulbos para distribuir en el mercado argentino.
Tras la floración, se cortan las flores para que la planta concentre su crecimiento en el bulbo. Estos se cosechan, clasifican por tamaño y variedad, pasan por un proceso fitosanitario y quedan en condiciones de ser empacados para su comercialización en el mercado floricultor nacional e internacional.
La especie se adaptó perfectamente gracias al clima patagónico y la composición de la tierra.
Cómo llegar
Los cultivos de tulipanes se encuentran sobre la ruta 259, en las afueras de Trevelin y a 43 kilómetros de Esquel, en la Cordillera de la provincia de Chubut. Este impresionante paisaje colorido realmente parece salido de un cuadro.
A su paso también se pueden visitar dos Áreas Naturales protegidas como las Cascadas Nant y Fall y el Lago Baguilt; la Estación de Piscicultura; el Molino Nant Fach; las Viñas del Nant y Fall y el paraje Los Cipreses.
En auto: Desde Buenos Aires hasta Esquel son 1.866 kilómetros por Riccheri, Autopista a Cañuelas, ruta 3 hasta Trelew, rutas 25 y 62 hasta Tecka y ruta 40.
En avión: Aerolíneas vuela directo a Esquel (2 horas y 30’), desde $4.000 ida y vuelta (depende el mes).
En bus: Bus coche cama Crucero del Norte de Retiro a Esquel (27 horas), $ 2.700 ida.
Cuál es la mejor época para ir
En este lugar, la siembra de los tulipanes se hace en mayo y florecen en el mes de octubre, mes ideal para visitar este gigantesco campo colorido. Está abierto a las visitas durante todo el mes de octubre de 8 a 18:00 hs.
El paseo está guiado por especialistas en el tema y en la historia de la región. Las entradas cuestan $150 pesos argentinos y los menores de 12 años tienen la entrada libre.
Este año también se realizarán visitas nocturnas, recomendadas especialmente para todos los aficionados de la fotografía. Estas están programadas para los días 6, 10, 14, 17, 21, 24 y 28 de octubre con salidas desde Esquel y Trevelin.
El extraordinario campo de tulipanes se podrá visitar durante todo el mes de octubre de 8 a 18 horas.
La tradición del té galés
Además de ser reconocida por sus tulipanes, en esta localidad se respira la cultura galesa y es famosa también por el ritual del té en las casas dedicadas a esta especialidad, que ya es parte de la identidad del pueblo.
Actualmente, el 40 por ciento de los habitantes de Trevelin son descendientes de galeses. Los primeros inmigrantes llevaron esa tradición, al igual que los dulces y tortas que nadie puede dejar de degustar en su paso por Trevelin. Allí vas a encontrar varias casas de té, algunas muy antiguas, donde pasar la tarde y probar las recetas galesas originales.
Desde la época de los colonos, el té se ha convertido en una tradición muy anclada a las costumbres galesas, ya que es un rito que se celebraba a diario en compañía de los seres queridos.
La torta negra galesa… una delicia!
Son varias las casas que ofrecen degustar el té galés, el cual consiste en una mesa bien puesta, con tartas variadas (la preferida siempre es la torta negra), el pan casero surgido del horno familiar, la manteca de las chacras y algunos dulces regionales con gustos tan particulares como rosa mosqueta, sauco o corinto. Entre los locales recomendados figuran “La Mutisia” y “Nain Maggie”.
La torta negra galesa es la protagonista en el té, no sólo porque su receta es traída por los galeses cuando inmigraron a Argentina, sino también porque era una receta excelente para llevar en viajes largos. Existen diferentes recetas de ésta torta, todas basadas en los mismos ingredientes, pero cada una de ellas difiere en alguno según “su receta de Familia”.
Este es, sin dudas, un atractivo y un punto obligado de visita para quienes llegan aquí por primera vez.