Está valuado en Us$70 millones y es toda una atracción turística en la exclusiva zona de la Perla
La zona exclusiva de Qatar es el lugar preferido de los turistas, donde un piso te puede llegar a costar cinco millones de dólares y una cena en un restaurant en un hotel cinco estrellas, más de mil. En la marina del Porto Arabia, una de las partes de la isla artificial que desde el cielo forma dos ostras, al final de la hilera de los imponentes yates amarrados, hay uno que destaca por sobre los demás.
Attila, el yate más imponente anclado en las cristalinas aguas de la Perla, que era hasta el año pasado propiedad de un argentino. Se trata de Mauricio Filiberti, el dueño de la reconocida firma Transclor (especializada en la fabricación de electroquímicos y sus derivados) y también accionista de Edenor. La bandera de las islas Caimán en la popa está enrollada, ya que hoy casi no sopla viento. El barco, cuyo material es acero, teca y vidrio, tiene un valor de aproximado de unos 30 millones de dólares y en medio de tanto lujo en la capital mundialista se transformó en una atracción turística.
Según se ha comentado en varios medios, el empresario se encuentra en Doha junto a su familia desde el comienzo del Mundial. Suelen sentarse a tomar un café en Pour Over, el coqueto bar ubicado a 20 metros del yate. Mientras, Filiberti y su familia disfrutan de las tranquilas aguas del golfo pérsico.
El empresario es un fiel amante de los barcos. Según se pudo confirmar de fuentes cercanas a Filiberti, este vendió el yate “hace un año”. El precio de venta, publicado en varios sitios especializados, era de Us$70 millones. Mientras aún estaba en manos del argenitno, el Attila pasaba gran parte del año amarrado en el Mediterráneo, en la Costa Azul francesa. Y también acumuló varios viajes a través del Atlántico para recalar en aguas del Caribe. Ahora, con nuevos dueños rusos, llegó hasta esta extensión del océano Índico, entre Irán y la península arábiga.
El barco fue construido por el astillero boutique italiano Sanlorenzo, que desde 1958 fabrica un número limitado de unidas a pedido y según las especificaciones del propietario. Del astillero ubicado en la Liguria italiana se botan unos 50 barcos al año.
Por su imponente presencia, suele destacar entre el resto de los yates blancos anclados frente a las torres de más de veinte pisos y hoteles cinco estrellas. Si de afuera impacta, su interior es una verdadera joya. Fue diseñado por la Officina Italiana Design (OID). Cuenta con 275 metros cuadrados, cinco cubiertas, tres piletas, dos garajes, parrilla y una cava para 500 botellas.
